Una vez más
los vecinos se quejan por el derrame de agua con hierro y arsénico en las
calles de nuestro medio.
Esta vez a
diferencia de las anteriores el agua salió de una boca de inspección de ABSA ubicada
en la esquina de Pringles y y Bolivia a una cuadra del Acceso Roberto Mouras y
se desvió hacia este.
En otras
ocasiones desbordaba en calle Buenos Aires
y Bolivia y terminaba en la cuneta, en este caso igual y tras recorrer un par de
cuadras por el Mouras cae a una zanja y a un desagüe del
Acceso Espil.
En esta ocasión
además del color ferroso, el agua era mucho más espesa y quedo pegada en las
ruedas de los autos o en el pavimento mismo.
Este no es
un problema nuevo, sino que viene desde hace años, pero el mismo líquido
siempre se arrojó al desagüe e iba a parar a la laguna de La Dorita, lo ás probable es que se haya
tapado ese caño y desbordo por otro.
Si la planta
funcionara como debiera, nunca llegarían estos desechos al agua, sino que el
hierro, el arsénico y otros elementos quedarían alojados en un ladrillo, pero
no es as. Ojala que alguna vez esta novela se termine y que cada casarense
pueda ingerir el agua como corresponde.
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