La Segunda Experiencia CTT de 2019 reunió a más de 70 productores en el Campo Tecnológico Tomás para compartir un día de conocimientos intensivos sobre cultivos de servicios y novedades en AgTechs. El objetivo: ser cada día más sustentables desde el punto de vista social, económico y ambiental.
“El Campo Tecnológico Tomás -o CTT como todos ya todos lo conocemos-
surge como un espacio para la experimentación y transmisión de nuevas
tecnologías, que busca educar a las futuras generaciones y difundir un
compromiso sustentable con el medio ambiente. Ésta fue la premisa que nos
pusimos al comienzo y la que continuaremos por siempre”, destacó Sergio
Degenhardt, coordinador general del CTT.
La Segunda Experiencia CTT de 2019 comenzó ayer bien temprano con la
faz teórica desarrollada en la Sociedad Rural de Carlos Casares. Los primeros
en tomar la palabra fueron los especialistas de Auravant, quienes comentaron que
la compañía ofrece servicios de Agricultura de Precisión y digitalización,
basados en constantes alianzas estratégicas.
“Trabajamos sobre prescripciones, con áreas de gestión generadas en
un reporte en la pc, pero contrastables en el lote a partir de aplicaciones
móviles. Es un sistema muy versátil”, explicó Agustín Michlig, responsable de
producto de la compañía, quien anunció que ayer la empresa sumó a la plataforma
información climática actual e histórica, a partir de una alianza con Caburé. Esta
alianza se suma al reciente acuerdo suscripto con el INTA relativo a
fertilización nitrogenada en trigo.
Michlig destacó también que
a partir de un convenio con Tomás Hnos., sus productores clientes “acceden a un
espacio colaborativo con prestaciones Premium sin cargo”.
Por otra parte, Nicolás Romano, de Trybus Agro se refirió a las
enfermedades en trigo y la importancia de las variedades y su componente
genético; el tratamiento de las semillas y el momento y la dosis de aplicación
de fungicidas.
“Hoy podemos afirmar que no se puede producir sin fungicidas debido
a que muchas variedades son susceptibles y responden de manera impresionante”,
afirmó el especialista.
Dinámica en CTT
Ya en la faz dinámica de la Segunda Experiencia CTT 2019, la
atención de los productores se concentró en la charla de Bernardo Romano, miembro
de la Comisión directiva de Aapresid y con 12 años de experiencia en cultivos
de servicios.
“Los
cultivos de servicios nos permiten renovar la licencia social para producir
fibra, alimento y energía sin sobrecostos y con alta eficiencia. Reducen el
impacto ambiental, disminuyen la aplicación de fitosanitarios, estabilizan el
balance de carbono del suelo”, disparó Romano ante los más de 70 productores presentes.
“El primer año es difícil, pero les garantizo que
con el correr de las campañas el sistema se estabiliza y el resultado de esta
buena práctica para mejorar el sistema de rotaciones es asombroso y
gratificante. Esto no es un costo, es una inversión con una tasa de retorno
impresionante”, enfatizó el productor de la región de Bragado, Chivilcoy.
Entre sus recomendaciones más destacadas, Romano
reconoció que la vicia villosa resulta superior a la variedad sativa; que las
compras de semillas deberían realizarse no más allá de enero porque luego se
genera escasez; que con 6 toneladas de materia seca de vicia villosa se llega
al pico de nitrógeno ideal para hacer maíces tempranos; y que los productores
no descarten el centeno, e incluso la consociación de vicia y centeno como
buenas alternativas para los primeros años en que se desee incursionar en este
tipo de cultivos.
La siguiente parada en la Experiencia CTT estuvo dedicada a la
importancia de los inoculantes, arrancadores y fertilizantes en cultivos de
servicios. “La diferencia entre lotes inoculados de vicia y lotes no inoculados
puede llegar a los 3000 kilos de materia seca”, graficó Mariano Ludueña,
responsable de Marketing de Rizobacter.
El
cierre de la jornada estuvo a cargo de los especialistas de Consultora Oeste,
quienes presentaron el primer equipo de toda Latinoamérica que puede realizar
mapeos de suelo con alto nivel de detalle y por electro-conductividad.
Montado
sobre un cuatriciclo, “el sistema escanea el suelo a partir de una señal
electromagnética que penetra la tierra en 4 niveles distintos de profundidad,
realizando 5 mediciones por segundo”, detalló Martín Luzzi.
Con tan
sólo 100 equipos en todo el mundo, se recomienda un ancho de labor de entre 10
y 20 metros, dependiendo de la heterogeneidad del suelo. “En el CTT trabajamos
con un ancho de 8 metros”.
Acerca del CTT
El CTT se materializa en un
predio de 72 hectáreas, ubicado sobre la ruta 50, a 3 kilómetros de Carlos
Casares. El objetivo del proyecto inaugurado por Tomás el año pasado es
experimentar con nuevas tecnologías y manejos agronómicos para capitalizar
conocimientos y prácticas sustentables y transferirlas a la sociedad en su
conjunto, con especial foco en las nuevas generaciones.
Prensa Tomas Hnos.