Mientras el ministerio de Agricultura destaca que el cultivo tendrá una muy buena siembra, funcionarios y directivos gremiales de Buenos Aires responden a la idea de Felipe Solá de retomar la figura de la Junta Nacional de Granos.
Las recientes declaraciones del
diputado nacional Felipe Solá sobre el un regreso de un formato similar a la
Junta Nacional de Granos (JNG) para regular el comercio del trigo levantaron
una polvareda que está lejos de disiparse. Mientras el gobierno nacional
reconoce que el área sembrada supera con holgura las 6 millones de hectáreas,
desde distintos ámbitos bonaerenses siguen cuestionando al ex gobernador de
Buenos Aires.
El Ministerio de Agricultura
nacional estimó que el área sembrada con trigo asciende a 6,6 millones de
hectáreas, 100.000 hectáreas más que en las mediciones realizadas por la
cartera durante el pasado mes de julio. "Ya finalizada la siembra del
cereal en todo el país, se informa un aumento en la superficie con respecto al
mes pasado del 1,5%", indicaron desde Agricultura.
A la fecha, el cultivo presentó
aspecto muy bueno en 10% de la superficie, bueno en 78%, y el resto en estado
regular, correspondiendo a las zonas con falta adecuada de agua como el
sudoeste de Buenos Aires y sur de Córdoba. De concretarse dicha estimación, el
crecimiento será de 4,9% con respecto a la campaña anterior, cuando se
implantaron 6,29 millones de hectáreas.
Hace unos pocos días, el diputado
Solá –ante una consulta periodística- sugirió que para evitar disparadas en el
precio del pan, sería una buena idea retomar el formato de la JNG, para así
desacoplar el precio internacional del cereal y que la harina no tenga impacto
en el precio de este alimento.
¿Qué opinaron al respecto en la
provincia de Buenos Aires? En sintonía con su par nacional, el ministro de
Agroindustria bonaerense Leonardo Sarquís sostuvo en declaraciones radiales que
“estoy en contra de cualquier tipo de intervención en los mercados, estoy en
contra de cualquier tipo de intervención en los mercados,los resultados
mostraron que eso nunca funcionó".
En este sentido, el funcionario
agregó que "buscar esquemas de intervención pensando que eso va a
modificar algo a favor lo veo difícil, sí creo que Estado esté monitoreando a
ver cómo están yendo las cosas, sin buscar entorpecer y dando herramientas de
competitividad”.
Desde Federación Agraria Argentina,
Jorge Solmi brindó una mirada a largo plazo y afirmó que “el sujeto inicial de
la política triguera tiene que ser el productor y los molinos locales, eso es
lo que genera desarrollo regional, sin desatender a los mercados
internacionales que confían en los argentinos".
El directivo brindó algunos números
para dimensionar el impacto de la harina en el costo final del pan. “Se
requiere 1,15 kilos de trigo para hacer un kilo de pan, es decir que el
kilogramo de pan tiene $12,30 de trigo, el resto del precio corresponde al
trabajo, la energía y los impuestos", estimó.