La batalla comercial entre EE.UU. y China, sumado a la presión fiscal extra que viven los productores argentinos está reconfigurando el negocio primario. La incorporación de mayor tecnología en pos de incrementar la productividad física con menores insumos se presenta como la mejor salida a esta coyuntura actual.
Esta fue una de las principales conclusiones de la Jornada de
actualización “El negocio sustentable”, organizada por Tomás Hnos. la semana
pasada y enmarcada en el proyecto del Campo Tecnológico Tomás (CTT), un espacio
de 76 hectáreas íntegramente dedicado al testeo de AgTechs en Carlos Casares.
“El mundo está en una guerra comercial sin precedentes entre China y
EEUU. El arancel del 25% sobre la soja que está poniendo China sobre la
producción estadounidense generará que los farmers tengan que salir a competir
con los productores sudamericanos”, dijo Carlos Borla, presidente de Tomás
Hnos. en la apertura de la jornada.
Pero esta oportunidad para el Hemisferio Sur de abastecer las 100
M/t de poroto que demanda China “se ve opacada en nuestro país por el
incremento de la presión fiscal y los 4 dólares que debemos pagar por cada
tonelada exportada”, se lamentó Borla.
Ante este panorama “nos quedan dos opciones: protestar y no pagar
los impuestos -totalmente inviable- o aplicar las últimas tecnologías
disponibles para aumentar la producción reduciendo los insumos. Para esto está
el CTT”, remarcó el presidente de Tomás Hnos. ante más de 350 productores.
El negocio sustentable
Es que uno de los grandes objetivos de Campo Tecnológico Tomás es experimentar
con las AgTechs, testear su viabilidad y ponerlas a disposición de los
productores para que las incorporen en sus planteos.
“Estamos convencidos que con estos conocimientos podemos producir en
forma amigable con el medio ambiente, con los trabajadores rurales y con las
comunidades urbanas adonde pertenecemos. Pero además vamos a tener la mayor
producción posible por hectárea, como una forma de sobrevivir a las presiones
fiscales y a las guerras comerciales que existen en el mundo”, reiteró Borla.
En sintonía, Alejandro Petek, presidente de Aapresid y primer orador
del encuentro, reconoció que la ciencia y la oferta de digitalización y tecnologías
hoy están disponibles, “lo que hay que lograr es embeber a los productores; nos
está costando un poco hermanarnos con esto”, reconoció.
Justamente Aapresid está lanzando esta semana un “protocolo de
testing de AgTechs a través de la web, donde los productores van a poder
ingresar a una base de datos delas últimas tecnologías disponibles, buscarlas
bajo una problemática específica y valorarlas desde la experiencia del
usuario”, anunció Petek.
Es que las AgTechs “vienen a potenciar toda la tecnología de
agricultura de precisión y a brindar una solución a través de la aplicación que
mejor se adapta a nuestro requerimiento. Es una mezcla de conceptos entre las AgTechs y la
Agricultura de Precisión”, destacó Diego Villarroel, del Inta Manfredi.
Precisamente el área de Agricultura de Precisión está probando este
año un sensor selectivo de malezas, monitores para incrementar la velocidad de
siembra y el uso de drones para relevar grandes superficies en el menor tiempo
posible, identificando en forma temprana fallos de siembra, presencia de
enfermedades, malezas, etcétera.
A su turno, el consultor Andrés Méndez enfatizó que “la combinación
de herramientas es lo que nos va a hacer más eficientes. Hoy, en la Argentina,
ya se está trabajando en un drone que en tiempo real identifica manchones de
malezas o de roya y aplica los fitosanitarios específicos”.
También mencionó la alta adopción de tecnologías como el Weed-it para
el control de malezas. “Por más que tenga un alto costo, el productor lo está
incorporando por el ahorro en las aplicaciones y el impacto en la
sustentabilidad del sistema”, reconoció.
Certificar las buenas prácticas
En la jornada realizada por Tomás hubo un espacio especialmente
dedicado a la Agricultura Certificada (AC). Carlos Van Der Straten, productor y
miembro de Aapresid Lincoln, fue el encargado de contar el proceso en primera
persona.
“Lo que nos pasó a nosotros fue que estábamos bien, pero queríamos
mejorar. Al principio no nos animábamos, pero luego nos dimos cuenta que
cualquier persona puede certificar y sobre todo supimos que no hay que tener
mega estructuras para hacerlo”, explicó.
Primero se apuntó a identificar las cuestiones críticas, se
estandarizaron los procesos y se motivó al personal. “Luego se trabajó muy fluidamente
con la comunidad, como lo está haciendo Tomás, y las evidencias están a la
vista: Hoy tenemos una producción sustentable, con relaciones laborales
sustentables y en armonía con la comunidad. Este es un compromiso global que
prontamente será premiado con un diferencial de precio”, remarcó.
Antes de cerrar con el panorama político y económico a cargo de
Carlos Melconián, Borla quiso dejar un mensaje a los 350 productores presentes:
“Entre todos estamos buscando hacer más eficiente la producción, pero cuidando
a las comunidades, al medio ambiente y a las personas que trabajan en la
actividad. Nuestro desafío es seguir creciendo pero hoy es una obligación
hacerlo en forma sustentable”.