La ilustración muestra detalles del ratón que transmite el virus Junín. |
El
Ministerio de Salud de la provincia de Santa Fe, a través de la Dirección de
Protección y Promoción de la Salud, confirmó el fallecimiento de un hombre de
31 años, oriundo de Labordeboy (localidad ubicada a 65 kilómetros de la ciudad
de Venado Tuerto, provincia de Santa Fe), con cuadro probable de Fiebre
Hemorrágica Argentina. También hay dos probables casos que se encuentran
internados en unidades de cuidado intensivo de Rosario. Se trata de una menor
de 12 años de la localidad santafesina de Pérez –alojada en el Hospital de
niños “Víctor J. Vilela”-, a la que se sumó en las últimas horas, una joven de
16 años de Hughes, también localidad santafesina, que fue internada en un
centro asistencial de la ciudad de Venado Tuerto.
Andrea
Uboldi, directora de Protección y Promoción de la Salud santafecino, precisó
que en general “estas formas graves de presentación son infrecuentes,
observándose casos que evolucionan favorablemente con el tratamiento adecuado”.
Sobre la
enfermedad, también conocida “como mal de los rastrojos”, explicó que “es
causada por el virus Junín, que afecta a una región del país que abarca las
provincias de Buenos Aires, sur de provincia de Santa Fe, Córdoba y La Pampa” y
que “la contraen principalmente las personas que viven, trabajan o visitan el
campo o estuvieron en contacto con sitios invadidos por roedores del campo”.
Transmisión
El virus
Junín se encuentra en algunas especies de roedores del campo. Estos son
pequeños (miden de 6 a 8 cm). Su color es parduzco en el lomo con la panza
blanca. Construyen sus nidos en los campo cultivados, en malezas del borde de
los alambrados, camino, vías férreas, aguadas de molinos, bordes de ríos,
arroyos y banquinas de los caminos que traviesan las localidades. Es muy raro
que se los encuentre en la vivienda del hombre, pero invaden los pueblos
refugiándose en baldíos, huertas y maleza de los frentes y fondos de la casa.
Estos
roedores eliminan continuamente el virus por la saliva y la orina, contaminado
en el medio en que viven a partir del cual el hombre se infecta
accidentalmente. El virus se encuentra también en la sangre de estos animales.
Por lo tanto, cuando las máquinas agrícolas matan a estos animales, se
contamina con su sangre infectada.
Al respecto,
Uboldi puntualizó que el hombre “se enferma al estar en contacto con el medio
ambiente contaminado. El virus Junín penetra en el organismo a través de
pequeñas heridas en la piel, por la boca, la nariz y los ojos. Aunque la
enfermedad puede producirse en cualquier época del año, el peligro es mayor en
otoño, porque es la estación donde aumenta el número de lauchas que hay en el
campo”.
Síntomas
El nombre de
Fiebre Hemorrágica Argentina (F.H.A.) se debe a que la enfermedad presenta
entre otros síntomas característicos: fiebre y una tendencia a las hemorragias
que generalmente son muy leves. Sólo en algunos pocos casos y en enfermos muy
graves se producen hemorragias severas. La calificación de
"argentina" obedece a que la enfermedad se produce únicamente en
nuestro país. Los síntomas que presenta la fiebre hemorrágica se inician con
cuadro de fiebre, decaimiento y dolor de cabeza. Luego pueden presentarse
dolores musculares, de articulaciones, detrás de los ojos, mareos, náuseas y
vómitos.
Por ello,
enfatizó Uboldi, ante la aparición de cualquiera de estos síntomas “es
importante consultar al médico ya que existe un tratamiento que, si se
administra a tiempo, aumenta las posibilidades de curar la enfermedad”.
Existe un
tratamiento que si se administra tempranamente aumenta las posibilidades de
curar la enfermedad. El tratamiento se hace con plasma de convalecientes, es
decir, de las personas que se han curado de la Fiebre Hemorrágica Argentina. Se
ha comprobado que cuando los enfermos son tratados durante los primeros ocho
días la mortalidad es menor a 1 por ciento. En cambio si el tratamiento se
demora la mortalidad se eleva al 30 por ciento.
La única
forma de obtener plasma de convalecientes es mediante la colaboración de las
personas que habiéndose curado, donan su plasma. En ese sentido, desde la
cartera sanitaria, se sostuvo que la persona que tuvo Fiebre Hemorrágica
Argentina puede formar parte de una cadena solidaria donando su plasma y
posibilitando que otros también puedan tratarse.
Vacunación
La principal
forma de prevenir la Fiebre Hemorrágica Argentina es mediante la vacunación –a
través de la vacuna a virus Junín vivo atenuado Candid 1– altamente eficaz, que
se encuentra en el calendario oficial de las cuatro provincias y está
disponible en los efectores dispuestos por el Ministerio de Salud.
Deben
vacunarse aquellas personas que “residan o desarrollen actividades en las 4
provincias del área endémica de Fiebre Hemorrágica Argentina, comprendiendo a
hombres y mujeres mayores de 15 años de edad hasta 65 años y que no hayan
recibido vacuna Candid 1 anteriormente.
No pueden
vacunarse: mujeres embarazadas o amamantando, personas con cuadros agudos o
crónicos descompensados, quienes estén recibiendo corticoides sistémicos o
presentar cuadros de inmunosupresión congénitos o adquiridos.
Como
condición se requiere que no deben haber recibido otras vacunas cualquiera sea,
en el mes previo, ni recibirlas en el mes posterior a recibir Candid 1. Se
aseguró que las dosis “están disponibles en los efectores del sur provincial”.
Más prevención
En relación
a otras formas de prevención, se destaca la importancia de realizar una higiene
cuidadosa, principalmente de las manos y cambio de ropas, cada vez que se hayan
frecuentado zonas con roedores.
En la
vivienda rural: mantener el pasto corto por lo menos a 30 metros de la vivienda
para evitar que los roedores se acerquen a ella, utilizar recipientes cerrados
para almacenar granos, alimentos para animales, para la basura y desperdicio,
mantener limpios los galpones, tinglados y sitios donde se guardan las máquinas
u otros implementos y realizar control de roedores periódicamente usando
rodenticida (veneno para roedores) y colocando trampas, tratar de mantener
tapados los agujeros de viviendas y galpones para que no puedan entrar las
lauchas, hacer la huerta lejos de la casa para evitar que los roedores que
puedan haber en ellas, se acerquen a la vivienda y mantenerla desmalezada.
En los
pueblos y ciudades: mantener desmalezados las vías del ferrocarril, los
terrenos baldíos, los fondos de las viviendas y los jardines de las mismas,
impidiendo que los roedores encuentren refugios en los pueblos. Si no se
desmalezó durante la primavera y veranos, durante el otoño es preferible
primero utilizar veneno contra roedores y recién después proceder al
desmalezamiento. Es importante también mantener la higiene de las calles y
veredas y no acumular basura que pueda promover el acercamiento de roedores.
Finalmente,
la cartera sanitaria santafesina destacó que “entre todos podemos contribuir a
controlar la Fiebre Hemorrágica Argentina”, por lo que la persona que “vive o
trabaja en zona de riesgo debe vacunarse, es una sola vez en la vida”, si
“presenta cuadro febril debe consultar inmediatamente” y si “padeció la
enfermedad debe colaborar donando sangre para obtener tratamientos para otros
enfermos”.