Este título,
el BP21, fue emitido el 26 de enero de 2011 cuando era frecuente que el
Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner mandara a Daniel Scioli a buscar
divisas a los mercados internacionales porque sus bonos eran bien aceptados por
los inversores. Buenos Aires, junto a las provincias petroleras -luego de la
estatización se sumó YPF- eran las elegidas porque colocaban bonos en dólares
con facilidad pagando excelentes tasas. Esos títulos los cambiaban
inmediatamente en el Banco Central por pesos al precio oficial que tenía una
enorme brecha con el dólar de mercado marginal. El Central estaba escaso de
reservas y
necesitaba esos dólares. No hay que olvidar que llegó al fin del
mandato aferrado al dólar futuro y a los swaps chinos y que el año anterior, en
2010, tuvo que renunciar Martín Redrado al Banco Central porque se negó a pagar
la deuda con reservas. “Es mi limite”, le dijo a la presidente y luego a Carlos
Zaninni, secretario legal y técnico de la presidencia que negoció la renuncia.
Con esos
dólares que las provincias e YPF no usufructuaban, la Nación pagaba
vencimientos de la deuda nacional bajo la curiosa denominación de
“desendeudamiento”, cuando en realidad era el pago de deuda con reservas porque
el Banco Central no recibía los pesos del Tesoro que estaban en manos de la
provincia colocadora de los bonos.
Así, Buenos
Aires fue endeudada a niveles intolerables por la aceptación que tenían sus
bonos. Axel Kicillof fue uno de los ideólogos del sistema, que cobró más vuelo
cuando en 2013 asumió como ministro de Economía. Jamás imaginó que un día le
tocaría pagarlos como gobernador de la provincia de Buenos Aires y, mucho
menos, que no tendría divisas para hacerlo.