La importancia de vacunarse contra la gripe


Según los especialistas, la vacuna antigripal es la herramienta más útil para prevenir la gripe y sus complicaciones.

Según profesionales de la salud, la vacuna es recomendable aplicarla ahora porque los virus ya comenzaron a circular, aunque aumenta la circulación en mayo.
Según profesionales de la salud, la vacuna es recomendable aplicarla ahora porque los virus ya comenzaron a circular, aunque aumenta la circulación en mayo.
Esta infección viral aguda se transmite con mucha facilidad de una persona a otra y en comunidades cerradas. El contagio es a través de secreciones respiratorias infectadas al toser, estornudar o hablar, y luego otros las inhalan en el ambiente o tocan superficies contaminadas.
Es una característica que el virus se expanda de persona a persona. Además el virus queda bastante tiempo en las superficies y en las manos. La gente a veces no se las lava, se las lleva a la boca y nariz y el virus entra rápidamente
Para prevenir, es indispensable el lavado frecuente de manos con agua y jabón o con alcohol en gel, y cubrir la boca y la nariz con un pañuelo descartable al toser o estornudar. También se recomienda desinfectar las superficies con agua y lavandina, sobre todo en casas o lugares donde hubo casos de gripe.
Para evitar casos de contagio. En primer lugar, hay que darse la vacuna, y también priorizar el lavado de manos. Es fundamental para prevenir todas las enfermedades infecciosas.

Los síntomas de la gripe

Fiebre alta, tos (generalmente seca), dolores musculares, articulares, de cabeza y/o garganta, cansancio e intenso malestar y ligera secreción nasal. Ante estos signos es importante consultar a un médico y no recurrir a la automedicación. También se advierte no tomar antibióticos, ya que no funcionan en esta patología.
La vacuna antigripal es la herramienta más útil para prevenir la gripe y sus complicaciones.
Las personas que integran grupos de alto riesgo y deben recibir la vacuna son: niños entre 6 meses y 2 años de edad, adultos mayores de 65, embarazadas, puérperas, inmunosuprimidos (incluyendo VIH), fumadores, personas con obesidad mórbida, y aquellas con enfermedades crónicas (respiratorias, diabetes, renales, hepáticas, etc).