
En este
marco se dan distintas situaciones que van marcando nuestras vidas
diarias.
Como por ejemplo
las familias “A” que decidimos, para
subsanar el problema de los altos u oscilantes valores de arsénico (que publica
la comisión de control) comprar una
bomba, hacer un pozo, pagar para analizar el agua, tener la suerte de que ese análisis de bien, y luego acordarnos de seguir haciendo análisis por lo menos una vez por año. Las familias “A” hacemos esto para corregir la inseguridad que da el funcionamiento de la planta de abatimiento de arsénico porque a pesar de que se invirtió mucho dinero para su construcción, hoy anda como puede, gracias al esfuerzo de los empleados que están a cargo, el último análisis dio muy bien y esto es muy importante (ver adjunto), pero seguimos sin ningún ingeniero o especialista que supervise la misma, para que este inmejorable resultado se repita en el tiempo. Muchas familias “A” además de hacer esta inversión y pagar por el exceso de energía eléctrica que esto genera, seguimos pagando las tarifas de ABSA.
Otro ejemplo
son las familias “B” que por la falta de agua en invierno y verano decidimos
instalar una cisterna para que se llene durante la noche y luego mediante bomba
impulsar el agua hasta el tanque para poder disponer del vital elemento
durante el día, las familias ”B” hacemos
esto por la falta de inversión de ABSA que no previene desde hace muchos años
los cortes de energía eléctrica en Nueve de Julio y French, además de no
modernizar la red de agua e incumplir desde hace tiempo con la presión de 10
metros que debe dar a cada vecino según
el reglamento que vincula a la empresa con nosotros. Muchas familias “B” además
de esta inversión y pagar por el exceso de energía eléctrica que esto
genera,seguimos pagando las tarifas de
ABSA.

Otro ejemplo
son las familias “D” que por la falta de recursos propios, bebemos el agua con arsénico sin importarnos
mucho los resultados publicados, nos bañamos con poca agua, en dos horas
juntamos agua para lavar los
platos, y preparamos la leche para
nuestros hijos con el agua como está.
Algunos pagamos, otros no, no reclamamos, para que.
Otro ejemplo
son las familias “E” que creemos que comprando bidones de agua envasada,
podemos disminuir todos los males que provoca beber el agua de ABSA, luego,
como se hace pesado para nuestro bolsillo pagarle a ABSA y comprar 3 o 4
bidones semanales hacemos magia para estirar y se pierde el efecto deseado.
Muchas
familias de estos cinco ejemplos hemos
dejado de pagar por el servicio usando el sentido común, pero el reglamento que
vincula a ABSA con los vecinos no da lugar al sentido común y por eso hoy
tenemos deudas muy abultadasque a la hora de
vender el inmueble complican la transacción o simplemente quedamos marcados como deudores ante entes
públicos y privados. Sin embargo, el aumento del 180% sin audiencia pública
decretado por el ex gobernador Scioli en abril del 2012 que ABSA debe devolvernos (según la justicia
bonaerense) no se pone en la balanza.

Acueductos
viejos, pinchados, rotos por raíces, que permanecen así por años y que se reparan muy lentamente, pérdidas en las calles que
denunciamos y que no se arreglan por meses, drenajes en la ciudad que tiran
miles de metros cúbicos de agua (supuestamente potable) para limpiar el color
rojo que le da al agua la presencia de sales de hierro que se agregan en la
planta pero que no deberían pasar a nuestras canillas, medidores obsoletos, que
a la hora de pedir que lo cambien no hay, aunque pagamos en cada factura por el
mantenimiento y reposición de los mismos.
Un apartado
especial merece el sistema de reclamos,
cuando llamamos al 08009992272 de ABSA para reclamar por cualquiera de los
problemas enumerados más arriba, nos atienden
bien, nos dan un número de reclamo y la solución según el reglamento debería
llegar en 48 o 72 horas. Como no llega, cuando queremos reclamar a OCABA (ente
de control de ABSA) 08006662482 la situación se complica y entonces sobreviene
el acobardamiento del vecino que termina discutiendo el tema en un café o
compartiendo su queja en un programa de radio, esta situación debería
terminarse, empoderando al vecino que reclama, sancionando a la empresa que no
cumple y beneficiando a la que si resuelve en tiempo y forma.
El informe,
debemos reconocer, no es convencional,
como no es convencional que una empresa que maneja nada menos que el agua de 91
partidos en la provincia más grande de Argentina incumpla de forma tan
descarada en todos los rubros que maneja y durante tantos años. Nosotros (como comisión de vecinos) estuvimos
en las dos audiencias públicas no vinculantes del 2014 por un nuevo aumento de
tarifa y no hubo allí vecino alguno,
concejal, diputado de ningún partido de la provincia que aprobara alguna parte
de la gestión ABSA, y si alguna autoridad repasara solo por arriba lo que allí
se dijo se convencería de lo que estamos hablando, el aumento se dio igual,
pero lo que importa aquí es que no podemos como sociedad aceptar
funcionamientos similares en empresas
públicas o privadas.Hoy estamos en un momento político de cambios y creemos que
desde toda la provincia deben estar llegando los reclamos
a la gobernadora como al nuevo
titular de ABSA, así que esperamos que este informe sirva de disparador para
que desde todos los sectores pidamos por un giro rotundo y definitivo en el
andar de ABSA, porque entendemos que el compromiso de la política debe ser con
la gente y este informe habla de la gente.
Pedro
Mayola
Comisión de Control de Calidad del Agua de Carlos
Casares