La inflación
acumulada en los últimos 14 años depreció el valor nominal del peso a menos del
10%. Semejante pérdida de poder de compra de la moneda nacional se refleja en
los índices de pobreza e indigencia
El día a día
de la suba de los precios, derivada de una expansión monetaria desenfrenada
para financiar el desequilibrio de las finanzas públicas, hace perder dimensión
sobre la magnitud del deterioro del poder de compra de la moneda nacional.
Se sabe que
la Argentina está firme en el pelotón al fin de la tabla de los 10 países que
tienen menos inflación, o si se prefiere, al tope de los que más aumentan los
precios al consumo al año, a ritmo de dos dígitos altos, con Venezuela,
Ucrania, Irán, Rusia, Sudán y Ghana, entre otros que superan el 10 por ciento.
Sin embargo
poco se repara en que desde la salida de la convertibilidad con devaluación,
default y pesificación asimétrica entre activos y financieros y la aceleración
que desde 2007 se observó en el deterioro de las finanzas públicas, la
inflación acumula poco más de 1.100%, esto es el promedio de precios de los
bienes y servicios se multiplicó por más de 12 veces.
Desde la salida de la convertibilidad la inflación ascendió a más de 1.100 por ciento
Semejante
salto ha hecho que quien a fines de 2001 tenía en su poder unos $17.500 y en
lugar de comprar el denominado "auto salario", esto es el que se
ubicaba en el piso de mercado del 0 km, y los mantuvo guardado en una caja sin
renta, hoy como máximo puede adquirir un teléfono de última generación, o, si se
prefiere menos de un quinto de 0 km de esa categoría.
Un modo más
simple de comprobar el deterioro de la capacidad de compra de la moneda
nacional es observar que mientras que con $12,57 se podían adquirir en casas de
cambio e en un banco, sin autorización previa ni restricción oficial más 12,57
dólares, ahora, sólo si el ahorrista puede superar todos los obstáculos que
pone la AFIP, apenas un dólar.
Relaciones más sofisticadas
Una forma
algo más rebuscada, pero válida, porque es uno de los factores determinantes de
la aceleración de la inflación y por tanto de la depreciación del peso, es
comparar cuántos sueldos de 2001 la Secretaría de Hacienda podría pagar con la
masa salarial de febrero 2015 (último dato informado) de $13.566 millones: más
de 21 meses, si se agrega el proporcional del aguinaldo.
Con la masa salarial de febrero 2015 el sector público podría pagar más de 20 meses de salarios de 2001
El ejercicio
se podría multiplicar por cientos de miles, dada la cantidad de bienes durables
y no durables, junto a servicios públicos y privados que consumen habitualmente
las familias. Pero la conclusión será similar: la alta inflación deteriora no
sólo la capacidad de compra de la moneda nacional, sino que también afecta
singularmente el poder adquisitivo de los salarios y jubilaciones, y empobrece
a la economía en su conjunto.
Una medida de aproximación lo da que mientras en
diciembre de 2001 el valor medio de las propiedades escrituradas en la Ciudad
de Buenos Aires era equivalente a 60 salarios promedio y ahora esa relación se
amplió a un rango de 80, esto es se requieren casi dos años más de trabajo