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Inseguridad: Esta vez fue el turno de Corralón Boyero

Una vez más la inseguridad vuelve a golpear la puerta de los casarenses, en esta ocasión fue el turno de Corralón Boyero, ubicado en el Ac. Mouras.
Si bien el hecho ocurrió entre la noche del viernes y madrugada del sábado, hasta el momento, al igual que ocurriera con el robo de Cingolani, en este tampoco hubo información oficial por parte de las autoridades policiales. Pero igual tomo estado público,
De acuerdo a lo que señalaron los propietarios del comercio, el o los autores conocían bien el lugar ya que ingresaron
destornillando una chapa que da a una zona de estanterías que hicieron las veces de escalera para poder descender ya que en otros lados la altura es superior a los 3 metros.
Rompieron una puerta que conecta con las oficinas y una vez allí se llevaron dos cámaras filmadores de seguridad, un CPU a modo de no dejar pruebas que involucre a quien/es hayan cometido el ilícito,  y 90 pesos en monedas.
Hicieron daño, ya que entre lo robado y lo roto la suma ascendería a los 25 o 30 mil pesos.
Se cree que estaban buscando algún posible monto existente de dinero, ya que en el predio había una maquina que se había vendido en esos días, pero no pertenecía a la firma, lo que quizás confundió a los ladrones o alguna posible venta importante. Lo que destacaron es que cuando le avisan a Hernán Boyero del hecho, la policía estaba parada en la Terminal y que al pasar este salieron sin las balizas encendidas hacia la ruta y que al ser llamados acudieron al lugar, pero recién encontraron mayor respuesta o los efectivos de la DDI quienes se interiorizaron más del hecho, realizando una serie de preguntas para ver si pueden develar el caso.
Di hacemos o trazamos un paralelismo con el caso de Cingolani, hay varias cosas en común, quizás no sean las mismas personas, pero.., una de ellas ingresaron por el único lugar posible de hacerlo. No estaba conectada ocasionalmente ese día la alarma, buscaban algo específico y tras el cobro de trabajos realizados y en ese caso una venta de una máquina que no era de la empresa. Solo conjeturas y pocas certezas. Lo único real es que los hechos de inseguridad ocurren a diario, algunos son denunciados, otros no por el descreimiento en la justicia (en todos sus eslabones), mientras la población parece resignarse ante lo que ocurre.