Las
encuestas que circulan por estas horas en campamentos electorales tanto del
oficialismo como de la oposición, exhiben un rasgo que podría terminar intensificando
una tendencia que se vino acentuando en los últimos comicios: la elección
selectiva de candidatos a través del corte de boleta.
Esta
práctica electoral permite, por caso, votar candidatos de distintas fuerzas
políticas para los diferentes cargos que se ponen en juego. Por eso es común, a
la hora del escrutinio, encontrarse con postulantes como más adhesiones que
otros dentro del mismo partido o frente electoral, según el cuerpo de boleta
que integren.
Un anticipo
Un anticipo
de lo que podría ocurrir en la elección del próximo domingo con esta modalidad
creciente de electores menos atados a la fidelidad que impone la boleta sábana,
quedó reflejado en los últimos días con la difusión de un sondeo de opinión
sobre el escenario electoral en Capital Federal.
La
consultora Poliarquía difundió una encuesta que muestra ostensibles variaciones
entre candidatos de un mismo sector político. Y refleja, en ese sentido, que
una candidatura “fuerte” al tope de la boleta contribuye a traccionar
voluntades, pero no garantiza que toda esa intención electoral se derrame como
por arte de magia al resto de los candidatos de otras categorías.
El ejemplo
es contundente. Según Poliarquía, la macrista Gabriela Michetti aparecía
adelante en la ciudad de Buenos Aires para el cargo de senadores nacionales,
con 32,5% de adhesiones, mientras que el aspirante a diputado nacional Sergio
Bergman, alcanzaba el 26,4%.
Intención
Mucha más
pronunciada era la intención al corte de boleta expresada entre quienes decían
que iban a votar por los candidatos de Unen, la alianza de centroizquierda que
abarca a radicales, la Coalición Cívica, Libres del Sur y otros sectores.
Quizás
porque ese conglomerado es el único que va efectivamente a internas el próximo
domingo con tres listas, las diferencias entre los candidatos son aún más
pronunciadas.
En efecto,
los tres candidatos a senadores de Unen medían 12,3% (Pino Solanas), 7%
(Rodolfo Terragno) y 6,6% (Alfonso Prat Gay). Pero para diputados, Elisa Carrió
trepaba a 20 puntos frente a sus competidores Martín Lousteau (9%) y Ricardo
Gil Lavedra (6,2%).
Ese reflejo
de la voluntad del vecino porteño puede que esté influenciado por esa interna de
Unen que segmenta preferencias. Pero aún así, exhibe un comportamiento
electoral que viene abriéndose paso en cada cita con las urnas.
Motivaciones y variantes
Los
analistas adjudican esta tendencia creciente a una razón central: la falta de
respuesta al reclamo ciudadano de una reforma política que le otorgue
transparencia al sistema, comenzando por la abolición de las boletas sábanas.
Pero a pesar
de que las sábanas mantienen su vigencia, los ciudadanos le han encontrado la
vuelta para no tener que votar, si no lo desean, a todas las listas de
candidatos que las fuerzas presentan para la totalidad de las categorías.
En los
últimos comicios legislativos que se celebraron en La Plata hace 4 años, los
cortes fueron notorios, Por caso, Unión Pro, que triunfó en esas elecciones
para diputados nacionales de la mano de Francisco de Narváez, obtuvo el 36% de
los votos. Pero sus candidatos a diputados provinciales y concejales “bajaron”
al 27%.
Este
comportamiento selectivo del electorado platense se reflejó también en el caso
del Acuerdo Cívico y Social (UCR, Coalición Cívica y sectores afines como el
GEN). Para diputados nacionales sus candidatos cosecharon el 30%, pero cayeron
al 26% para diputados provinciales y al 25% para concejales.
Alternativas
En las elecciones
bonaerenses se presentan listas de candidatos para tres categorías o tipo de
cargos legislativos: diputados nacionales, legisladores provinciales y
concejales. Las fuerzas presentan esas tres listas unidas en una sola boleta
sábana, aunque “dividida” cada una de ellas por una línea de puntos.
Y es por esas
líneas de puntos por donde se pueden cortar las sábanas, votando así a
candidatos de distintas fuerzas para diferentes categorías.
Las
alternativas de cortes, entonces, permiten votar listas de hasta tres fuerzas
distintas. Y suponiendo que tomamos para el ejemplo tres fuerzas a las que
denominamos A, B y C, las opciones son: 1) diputados nacionales de la fuerza A
y legisladores provinciales y concejales de la fuerza B; 2) diputados
nacionales y legisladores provinciales de la fuerza A y concejales de la fuerza
B; 3) diputados nacionales y concejales de la fuerza A y legisladores
provinciales de la fuerza B; y 4) diputados nacionales de la fuerza A,
legisladores provinciales de la fuerza B y concejales de la fuerza C.
También se
puede cortar boleta y evitar colocar en el sobre uno o dos cuerpos de la
boleta, con los cual se estaría votando en blanco para esas categorías que no
se incluyen en el sobre.
Otro aspecto
a tener en cuenta es que si se colocan en el sobre dos listas de dos partidos
diferentes pero ambas corresponden a una misma categoría -por caso a
legisladores nacionales- el voto será anulado.