En Buenos Aires, la producción aviar creció un 13% y recorta distancias con el consumo de carne bovina


En el último año y de acuerdo a estadísticas de organismos privados, el consumo de carne bovina pierde lugar en la mesa de los argentinos, oportunidad que es aprovechada por las producciones aviar y porcina, que ganan espacio y en el caso del pollo, casi iguala al asado y los bifes.
Con una industria frigorífica que apuesta a pleno a la exportación a China como principal destino, la producción aviar avanza, como puede apreciarse en la
provincia de Buenos Aires. De acuerdo al Observatorio de Datos del Ministerio de Agroindustria bonaerense y tomando como base la comparación interanual de enero-julio de este año y el anterior, la producción creció un 13%.
"En los últimos meses de 2018 la producción de carne aviar comenzó a revertir la caída observada durante el año pasado y esta tendencia se ha consolidado en el 2019, presentando un importante incremento de la producción", destacó el informe.
Con respecto al consumo en el ámbito doméstico, remarcaron que “muestra una leve alza respecto al año pasado (1%) y destaca a su vez el aumento de las exportaciones a nivel país que crecieron un 32% interanual, alcanzando las 138.000 toneladas", resaltó el informe. En los primeros siete meses del año, la producción total a nivel nacional ascendió a 447.000 toneladas.
La provincia de Buenos Aires representa un 36% de la producción nacional, cuenta con un total de 32 establecimientos faenadores de aves habilitado y siendo la segunda productora de carne de ave, detrás de Entre Ríos.
Frente al aumento en los precios de venta al público de carne bovina, el consumo de carne aviar suele ganar espacio en la preferencia de los consumidores. Las estadísticas del ministerio de Agricultura permite sostener esta tendencia y se puede ver que durante 2018, el consumo de pollo abrió el año con 39,75 kilos anuales por habitante y cerró diciembre con 42,45 kilos.
Este año sigue la curva ascendente, con un enero que comenzó con 44,99 kilos y un mes de julio que trepó a 46,03 kilos, cifra que lo ubica a solo seis kilos del actual consumo de carne bovina, que se ubica en 51 kilos anuales por habitante, de acuerdo a estadísticas privadas.