La Escuela Técnica N°2 de Munro comenzará a implementar P-TECH, un programa que tiene presencia en quince países. El formato combina cuatro años de secundaria y otros dos con foco en inteligencia artificial y big data
En
la provincia de Buenos Aires se impulsará una nueva experiencia educativa. La
Escuela Técnica N°2 de Munro llevará adelante el modelo internacional P-TECH,
que tiene presencia en 15 países, a partir del año que viene. Con la idea de
cubrir la demanda de profesionales en el área tecnológica, sus estudiantes
terminarán la secundaria con una especialización y articularán con las empresas
del sector.
En
concreto, la escuela pasará a tener 4 años de secundaria tradicional y otros
dos años con foco en STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemática, por
sus siglas en inglés). Desde marzo de 2020, los alumnos de la N°2 de Munro
recibirán formación acorde a las necesidades de la industria IT y se les
facilitará el camino para conseguir el título en la nueva Tecnicatura de
Inteligencia Artificial y Ciencias de Datos.
"Es
una carrera que no existe en el país. La estamos terminando de diseñar y se
impartirá en la misma escuela. Posiblemente en los próximos dos meses esté
terminada. La inteligencia artificial y la big data son dos de las áreas más
pujantes. A aquellos alumnos que hayan seguido orientación en informática les servirá
como pasarela educativa: solo necesitarán un año más para terminar el
terciario. La idea es fortalecer el vínculo entre la escuela y el mundo del
trabajo", le dijo a Infobae Gustavo Álvarez, secretario ejecutivo del
Consejo Provincial de Educación y Trabajo.
El modelo P-TECH se implementa en 120 escuelas a nivel global
El
modelo P-TECH lo impulsa la multinacional tecnológica IBM. A nivel global ya
funciona en 120 escuelas. En la región tienen experiencias en Colombia y
Brasil, pero ya firmaron acuerdos para seguir expandiéndose.
La
elección de la escuela se debe, en parte, a la cercanía con la sede de la
empresa y también a su orientación en informática. Después de una consulta a
las autoridades escolares, firmaron un convenio con el ministerio de educación
provincial. "Trabajamos con instituciones que aseguren los requisitos
principales del modelo: que sea gratuito, que no haya un filtro de selección de
alumnos y que se integre la secundaria con la educación superior", planteó
Piera Curotto, gerente de ciudadanía corporativa en IBM Argentina, Chile y
Uruguay
La
iniciativa, según describen, no busca un cambio de currícula, sino una
adaptación que siga los requerimientos de la industria, de estar atento a las
tendencias, de visitas al sector y de experiencias de trabajo. Además de las
200 horas de prácticas profesionalizantes que son obligatorias en el sexto año
de educación técnica, agregaron pasantías remuneradas opcionales a partir de
los 16 años.
La
integración nace de una necesidad. En Argentina, cada año quedan miles de
posiciones de IT sin cubrir. Según una encuesta de la Cámara de la Industria
Argentina del Software, las empresas aumentarían en promedio su plantel de
profesionales hasta un 14,3%, lo que implicaría la creación de más de 14.400
nuevos puestos de trabajo.
"El
modelo P-TECH no asegura empleabilidad, pero sí estar primero en la lista de
contrataciones. Y no necesariamente de IBM, sino dentro de la industria
tecnológica en general. Esa es la ventaja de terminar el secundario con una
formación pensada en la industria", señaló Curotto.
Antes
de desembarcar en la provincia de Buenos Aires, la compañía se unió a distintas
organizaciones educativas y tecnológicas para trazar la realidad bonaerense. La
Cámara Argencon, Chicas en Tecnología y la Fundación Conocimiento Abierto los
ayudaron a identificar las demandas de empleo en STEM y su posible enfoque
pedagógico, con mentores y pasantías integradas de acuerdo al contenido que se
imparte.
La
experiencia en la escuela de Munro pretende ser una prueba piloto, un puntapié
para llevar la experiencia a otras instituciones educativas del país ya que
aseguran que es "replicable". La idea de fondo de la provincia, por
su parte, es jerarquizar, de la mano de empresas de renombre, la oferta
terciaria, indispensable para el desarrollo local, pero siempre vista con desdén.
Por
Maximiliano Fernández