
La normativa
del Mercosur y el Código Alimentario de la
Argentina especifican cuál es el
acero apto para la fabricación de termos.
De acuerdo
con un informe técnico elaborado por la jefa de la Unidad de Toxicología del
Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, Elda Cargnel, el acero ideal es el
denominado austenítico, de tipo 304, que contiene solo el 1% de metales
peligrosos, como el níquel y otros, para hacer que el acero se convierta en
inoxidable, algunos de los termos falsificados o directamente fabricados sin
marca, tienen entre 30 o 50 veces más del porcentaje permitido de esos metales.
El informe
médico explica que en los chicos el uso continuo de los termos truchos puede
producir déficit de atención, retardos en el lenguaje, alteraciones del
crecimiento y en el coeficiente intelectual, además de problemas digestivos. En
los adultos, puede ocasionar hipertensión, falta de fuerza muscular, parálisis,
cólico saturnino, impotencia sexual y disfunción renal.

El peso de
un Stanley original está en 940 gramos el de litro y cuarto, y los falsificados
entre 700 y 760 gramos, aproximadamente, de acuerdo de que fabrica lo puso en
el mercado. La curva tiempo-temperatura (Conservación de la temperatura del
agua) de los termos falsificados es en comparación, del 25% con respecto al
original, 4 veces menos. Muchas de las ofertas por internet, fundamentalmente
en Mercado Libre, son de termos falsos. En el mercado hay una enorme cantidad
de estos termos falsificados, la mayoría de las personas los compró de buena
fé.
Entendemos que
la realidad económica hace que muchos dejen de lado los detalles de la
fabricación y procedencia, pero deben comprender que se trata de un peligro
latente para la salud, Es preferible ahorrar un poco mas y comprar uno que esté
aceptado por las autoridades en el área de salud. No importa la marca que sea
con tal que sea inocuo para la salud.
Fuentes.
ANMAT. AFIP.