Intendentes entre la reelección y el banquillo: Torchio y el procesamiento a resolver por la causa GIRSU


(La Nación) Son numerosos los casos de intendentes bonaerenses en condiciones de ser reelegidos que están acusados o incluso condenados por graves delitos. Es necesario poner en debate estas situaciones irregulares para dotar de decencia y transparencia a la función pública.


El cierre del plazo para presentar candidaturas se avecina y en los municipios bonaerenses se espera la estrategia local de los intendentes. La mayoría apostará por su reelección, pero muchos de ellos lo harán complicados por acusaciones o
condenas judiciales por corrupción . Se trata de situaciones que habría que procurar evitar en pos de transparentar la política. Aun cuando no se pueda tildar a nadie de culpable hasta que haya una sentencia judicial firme, una condena penal en primera instancia debería vedar una candidatura para, así, complementar la saludable ley que limita las reelecciones de los mandatarios locales en la provincia de Buenos Aires.
El caso que involucra al intendente de Merlo, Gustavo Menéndez, tiene un grado de avance muy importante, porque llegó hasta la condena. En diciembre de 2018, en un juicio oral y público efectuado en Mar del Plata, lo sentenciaron a dos años y seis meses de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. Lo consideraron culpable de "fraude a la administración pública" por irregularidades ocurridas en los casinos Central y Del Mar, en los años 2006 y 2007. El caso se conoció mediáticamente como "Mochila Verde", porque en un bolso de ese color se habrían trasladado 600.000 pesos del Casino Central al Del Mar para superar una auditoría ante un faltante de dinero. Menéndez era, por esa época, el director de Casinos de la gobernación de Felipe Solá. Menéndez, quien fue anfitrión del primer acto de campaña de la fórmula Alberto Fernández-Cristina Kirchner, apeló la condena judicialmente y la vinculó, cuándo no, con intencionalidades políticas fomentadas por Cambiemos. Más allá de la sentencia en su contra, irá por otro mandato en Merlo.
La causa que tiene a su cargo el juez federal Claudio Bonadio contra un grupo de intendentes y exfuncionarios kirchneristas por irregularidades en el manejo de fondos de un programa para gestionar residuos sólidos urbanos tiene procesados a varios jefes comunales en condiciones de volver a ser elegidos. En ese caso se plantea el descontrol sobre el destino del dinero y la falta de construcción de plantas para el tratamiento de residuos, entre otras irregularidades. La investigación salpica a exjefes de Gabinete kirchneristas, como Aníbal Fernández, Jorge Capitanich y Juan Manuel Abal Medina, que están procesados.
En febrero, Bonadio procesó a varios intendentes por el caso de los residuos. Algunos de ellos ya no son jefes comunales, pero otros siguen en funciones y pueden aspirar a su reelección. Uno de ellos es el ultrakirchnerista Francisco "Paco" Durañona, quien si lo desea puede presentarse a un nuevo mandato en San Antonio de Areco. Es el intendente que, a principios de marzo, en un encuentro político, pidió que la Corte Suprema de Justicia esté ocupada por militantes del kirchnerismo. "Los miembros de la Corte tienen que ser militantes nuestros; no acomplejados que, cuando llega el momento o la hora de jubilarse, se vayan y abandonen el cargo", fue su desafortunada frase, que generó naturales rechazos por su profundo desprecio por uno de los poderes de la República.
Francisco Echarren, intendente de Castelli que irá por la reelección, es otro de los procesados por Bonadio en la causa por los fondos para el tratamiento de residuos sólidos urbanos. Pertenece al kirchnerismo, al que regresó tras haberse sumado a Cambiemos como subsecretario de Tierra, Vivienda y Urbanismo en el gobierno de María Eugenia Vidal, cargo que dejó para volver a la intendencia y al espacio de Cristina Kirchner.
Entre otros intendentes que fueron procesados en la causa de los residuos y pueden presentarse a un nuevo mandato están Pablo Zurro (Pehuajó), Walter Torchio (Carlos Casares), Alfredo Fisher (Laprida), Gustavo Cocconi (Tapalqué), Alberto Conocchiari (Leandro N. Alem), Héctor Olivera (Tordillo), Oscar Ostoich (Capitán Sarmiento), Gustavo Walker (Pila) y Marcos Fernández (Monte Hermoso), quien también es investigado por presuntamente haber ordenado llevar a votar a gente de bajos recursos de Bahía Blanca en las elecciones del balneario, haciendo constar domicilios falsos. El vecinalista Marcelo Skanski, de Carmen de Areco, también está procesado en este expediente y puede aspirar a su reelección.
En Cambiemos hay un intendente complicado en múltiples frentes. Es Camilo Etchevarren, jefe comunal de Dolores, que llegó al cargo en 2007, desde la boleta de la Coalición Cívica, y tiene en la mira una nueva reelección. Pesan sobre sus espaldas 11 causas en total, por delitos como malversación de fondos, falsedad ideológica, amenazas y coacción, según resumió el periodista Daniel Bilotta en una reciente nota en el diario Perfil.
El kirchnerista Mario Secco irá por su quinto mandato consecutivo en Ensenada. Es recordada su irrupción violenta en la Legislatura bonaerense en diciembre de 2017, hecho por el que será sometido a juicio oral, acusado de coacción agravada, intimidación pública y entorpecimiento de la labor legislativa.
Con un repaso breve y solo enfocado en casos que tuvieron fuerte resonancia es suficiente para advertir que entre los intendentes bonaerenses las condenas, los procesamientos y las investigaciones judiciales son una realidad muy presente. Es de esperar que la dirigencia instrumente mecanismos para evitar candidaturas de personas con imputaciones tan graves en su contra como las aquí reseñadas. La agilización de los tiempos judiciales es clave para que estos fallos no se dilaten en el tiempo y queden firmes o sean anulados si así correspondiera. De este modo, se aportaría un imprescindible manto de decencia a la política local.