El tramo de 12 km se encuentra cortado al tránsito desde febrero de 2017, cuando una fuerte inundación cubrió la cinta asfáltica y el agua provocó grandes destrozos en el terraplén. Ahora se comenzó con la limpieza de escombros y basura sobre la calzada y reparan la banquina.
A dos años
de la inundación que afectó el tramo de la Ruta Nacional 7 sobre la laguna La
Picasa, comenzaron a realizar tareas de limpieza de escombros y basura que
estaba sobre la calzada y se está reparando la banquina.
A fines de
enero, el intendente de Rufino, Natalio Lattanzi y el coordinador de Gestión de
Vialidad Nacional, Eduardo Placencia, recorrieron ese sector de la calzada, que
fue cubierta y destruida por el agua en febrero de 2017, momento en que también
fue cortado el tránsito vehicular hasta estos días.
Allí se
reunieron con el gerente de la empresa Vial Andes 7, Diego Farré, con el que e
se están llevando a cabo en el trayecto de 12 kilómetros. Natalio explicó que
se están evaluando las alternativas y trabajando para que, apenas baje la cota,
se pueda habilitar la circulación en la ruta, una vía directa entre Buenos
Aires y Cuyo.
En este
sentido, desde mediados del mes pasado, además se están realizando las obras
sobre el terraplén ferroviario, paralelo al vehicular, perteneciente al ramal
San Martín. “La gente del ferrocarril está reparando la vía que está 10
centímetros por debajo de la Ruta 7”, dijo a diario Democracia Juan Carlos
Duhalde, presidente del Comité de Cuenca.
La obra gira
en la órbita del Plan de Reactivación de los Trenes de Carga en el país, que
busca rehabilitar ese tramo que se encuentra intransitable también desde hace
dos años.
Desde el
gremio Unión Ferroviaria, José García, había explicado que Hidráulica se
comprometió con Trenes Argentinos Infraestructura a reparar el terraplén, las
vías y durmientes. Y que a través de los trabajos de canalización, se esperaba
que descienda la cota de agua.
La variante
Cabe
remarcar que el acontecimiento climático, que ocurrió hace dos años, provocó
destrozos en el terraplén de la Ruta 7 que cruza y se eleva sobre el agua de la
laguna ubicada en el sur de la provincia de Santa Fe, entre Aarón Castellanos y
Diego de Alvear, donde continúa interrumpido el tránsito vehicular (kilómetros
369 y 423).
A fines de
octubre de 2018, en una reunión en la localidad de Aarón Castellanos, se había
analizado la situación actual de la calzada nacional y se dialogó sobre la
visita de los técnicos de Vialidad Nacional que iban a evaluar la situación.
Unos días
más tarde, desde Vialidad Nacional, Eduardo Plasencia comunicó que a mediados
de este año se comenzará con la construcción del nuevo trazado de la Ruta 7,
conocido como “Variante La Picasa”, es decir un nuevo tramo de 23 kilómetros
que bordeará la laguna por su flanco sur.
La
infraestructura está proyectada dentro de las obras bajo el financiamiento con
Participación Público Privada (PPP), comprendida en el Corredor Vial C que
además prevé transformar en ruta segura los tramos Junín – San Luis (413
kilómetros – Ruta
7) y
Villegas – Rufino (Ruta 33); variante desaguadero y autopista en la travesía
urbana de nuestra ciudad.
Cabe
remarcar que el obrador de la empresa José Cartellone Construcciones Civiles SA
ya fue instalado en Rufino para iniciar la obra, “pero después se comentó que
se podría demorar un poco porque quizás primero habiliten la Ruta 7 con
tránsito asistido”, lanzó una fuente.
En la misma
línea, Plasencia, también afirmó que esperaban que “descienda un poco más el
agua”, para reparar el actual trazado de la ruta que fue cubierto por la
laguna, para la circulación vehicular, con tránsito asistido.
“Un costo exagerado”
En este
sentido, el presidente del Comité de Cuenca, Duhalde indicó: “Recibimos una
nota de Vialidad que esperaban la baja del agua para acomodar la traza original
que es lo más rápido. Nosotros la mandamos a revisar con dos ingenieros de la
Provincia, quienes la vieron reparable, por lo menos para habilitar el tránsito
liviano, al principio”.
“La variante ya tenía proyecto, pero me parece
un costo exagerado con la situación económica que estamos viviendo hoy en día.
Es salir a expropiar y es un gastadero de plata y cuesta tres veces más. La
idea conveniente es reparar los 12 kilómetros actuales contra los 23 desde cero
que tienen que levantar 4 o 5 metros de altura. Creo que es algo para que se
vea más adelante”, resaltó.
“Si las obras que están funcionan, y
terminamos la tarea de la salida por gravedad y no por bombeo, siempre de 5
metros cúbicos, creo que no se va a inundar nunca más. De esta manera, la
laguna tendería siempre a la baja”, exclamó.
“Hoy existe la planta de bombeo sur que va por
la zona de Villegas hacia Pinto, y la Cañada de Las Horquetas. Por la
alternativa norte, el agua va hacia Teodelina, que es el cauce natural de la
laguna que cae por gravedad cuando rebalsa. Pero como no hay una salida, el
objetivo ahora es hacer una compuerta”, informó.
“En la zona norte sólo sale el agua cuando
rebalsa, pero cuando está en baja no, ya uhace muchos años se levantó un médano
y había una estación de bombeo que ahora no está funcionado. También existe la
evaporación que corresponde a un alto porcentaje”, expresó.
“Hoy la laguna está en la cota 104,34 y con
todo lo que ha llovido a el agua está 50 centímetros por debajo de la ruta debajo
y por día, hoy, desagota 1 centímetro”, remarcó.
Pero por el
momento, mientras se proyecta el bypass que comenzaría a construirse a mediados
de 2019, los voceros, funcionarios e intendentes de la Región, se inclinan por
la reparación del actual trazado para el restablecimiento del tránsito, lo
antes posible.
Un problema para los vecinos
“Hay un
colegio agrotécnico en Castellanos que van muchos Chicos de Diego de Alvear,
que antes recorrían unos 20 kilómetros para llegar. Hoy tienen que dar la vuelta
por Venado Tuerto y Rufino, sumando 200 kilómetros”, afirmó Duhalde.
“Hoy las
familias se arreglan para ir en una combi. Pero hay que asumir el tiempo y la
intranquilidad, ya que no es lo mismo hacer 20 kilómetros. Todo es distinto. La
gente que se atendía con el médico en Ru no, tenía unos 60 kilómetros de
distancia y hoy
la ciudad le
queda a 200 kilómetros”, exclamó.
“En la actualidad, la gente que viene de
Buenos Aires se pierde, entra al pueblo Diego de Alvear a preguntar y cuando
los mandás por Venado Tuerto se enojan. Por ejemplo, la estación de servicio
ahora tiene dos o tres empleados de los 15 que había”, confirmó.
Cabe
destacar que desde Capital Federal, los vehículos deben tomar la Ruta 8 hacia
el sur santafesino y acoplar con la Ruta 7 en Rufino.
Además,
existe un antiguo desvío de un camino rural, que permite rodear la laguna para
ir de Castellanos a Diego de Alvear, con algunos sectores difíciles, cuya
circulación está habilitada. “Yo no lo recomiendo”, advirtió el presidente del
Comité de Cuenca.
“La variante de tierra está muy mal cuidada y
si se hace mantenimiento se puede usar”, subrayó.
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