(Por
Alejo Perello) El nuevo dilema frente al presente panorama con un dólar
barato y un alto nivel de tasas se resume en bajar las tasas de manera gradual
y comenzar a dar oxígeno buscando la reactivación genuina por parte del sector
privado o contraer circulante, continuar acumulando reservas aprovechando el
atraso cambiario llevándolo hacia una zona más competitiva y mantener
‘congelada´ la economía de cara a las elecciones. De la
mencionada dicotomía,
el BCRA está llevando adelante ambos conjuntos de opciones y con éxito.
Tiempo atrás
las maniobras por parte de las autoridades económicas y puntualmente durante la
gestión de Sturzenegger frente al Banco Central para contener saltos
cambiarios, frenar la inflación y congelar la economía involucraban un alto
porcentaje de inversores minoristas y otro alto porcentaje de entidades
bancarias de acuerdo a los volúmenes que se manejaban diariamente tanto en el
mercado primario como en el secundario. El drama de minoristas terminó con la
afortunada y bien manejada ‘extinción’ de bomba de Lebacs que podría haber
terminado en una corrida cambiaria aún mayor con las conocidas consecuencias
que eso conlleva. Actualmente la gestión de Guido Sandleris utiliza sus
herramientas directamente con las entidades bancarias a través de Leliqs. Estas
“Letras de Liquidez” son títulos en pesos emitidos por el BCRA a 7 días que se
licitan diariamente para ser suscriptas solo por bancos. Con la variación de
tasas (que continúan en disminución considerable) y la suba o baja de encajes a
bancos, el BCRA inclina la balanza de acuerdo a la política monetaria de turno.
La última licitación de Leliqs que se realizó fue colocando $185.000 millones a
una tasa promedio de corte de %46,5001 mientras vencían $170.000 millones, se
renovaron en su totalidad contrayendo a su vez $13.400 millones. Por otra
parte, se efectuó una única subasta de compra en contado de USD por 25 millones
comprada en su totalidad con un precio promedio de compra de $37.88. Las
reservas superan ampliamente los USD 66.900 millones.
Punto
aparte, la cosecha. La gran apuesta del primer semestre por parte del gobierno
claro está, es al campo. Se habló de una cosecha récord para el corriente año
pero desde el USDA (Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, por sus
siglas en inglés) ajustaron las perspectivas para América del Sur, influenciado
en parte por los últimos discursos del presidente norteamericano sobre el
status de la negociación con China.
La cosecha
fina arrojó hasta el momento un ingreso de USD 1,8 millones que, si bien el
dólar ya se encontraba por debajo de la banda, este ingreso dificultó aún más
la apreciación de la divisa en territorio nacional. De ser exitosa como indican
los pronósticos, se espera que a raíz de la cosecha gruesa el dólar pueda
tender a la baja dando margen a la baja de tasas.
¿Pero qué relación existe entre la
perforación de la banda, las tasas de Leliqs y la cosecha?
Mientras el
dólar se encuentre estable por fuera de la zona de no intervención todo indica
que existe atraso cambiario. Con un dólar atrasado ningún inversor querrá
deshacerse de su cosecha hasta tanto el dólar no se encuentre en una zona más
competitiva y la puja por alcanzar un dólar más atractivo en la región se da
con la baja de tasas que impulsan la inversión en dólares, es decir, que el
mismo se aprecie y a la vez que la entidad presidida por Sandleris realice
compras diarias de hasta USD 75 millones que en su conjunto derivan en la
depreciación controlada de la moneda nacional. En caso de que el ingreso de
divisas posterior a la liquidación de la cosecha sea exitoso con un dólar
competitivo permitiría a las autoridades reducir considerablemente la tasa
hasta alcanzar el punto de equilibro que hasta el día de hoy se sigue buscando.