Causa GIRSU: Para Bonadío “los recursos fueron invertidos de forma ajena a lo pautado y sin autorización previa” en Carlos Casares

El juez federal resolvió la situación de los imputados por presunto desvío de fondos del programa GIRSU. Sólo a uno le dictó falta de mérito. El calvario de los jefes comunales, en la mira del magistrado que hace temblar al peronismo. Razones y justificaciones.


Intendentes en aprietos: el peso de la ley


Defraudación a la administración pública, en carácter de partícipes necesarios. Así calificó el juez federal Claudio Bonadío al delito por el que decidió procesar a 92 actuales y ex--intendentes de todo el país -entre ellos, 29 de la Provincia-, en el marco de la investigación por el destino de más de 604 millones de pesos otorgados a municipios para tareas medioambientales entre 2013 y 2015.
En tiempos K, cuando los jefes de Gabinete fueron Aníbal Fernández, Jorge Capitanich y Juan Manuel Abal Medina (también procesados), la Secretaría de Medio Ambiente giró fondos, dentro del programa GIRSU (Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos), para tratamiento de la basura de tipo residencial.
El polémico magistrado sostiene en su auto de procesamiento que “cada intendente con su accionar contribuyó activamente en la concreción de un perjuicio a las arcas del Estado”, y que “los aquí involucrados habrían participado de esta maniobra defraudatoria, la que sin su participación no se podría haber pergeñado”.
Los motivos de la decisión judicial son variados: desvío de fondos, gastos sin justificar, cambios en el proyecto sin aviso o sin el OK de Nación y tareas que no se realizaron, entre otros. En algunos casos “hicieron lo que a su criterio se les antojaba”, sentencia, “o no lo hicieron”.
El juez, también se adelanta a críticas y recuerda el motivo por el que todos -con excepciones, como la del exalcalde de Hipólito Yirigoyen Enrique Tkacick (GEN)- son de extracción peronista. Precisa Bonadío que resulta ese uno de los puntos investigados: el direccionamiento de dineros a municipios “amigos”, transferidos discrecionalmente hacia determinadas provincias.

Una compleja investigación que incluyó auditorias y dictámenes


El procesamiento de 29 actuales y ex-intendentes resuelve la situación procesal de los jefes comunales a los que el Juzgado Federal N° 11 había llamado a indagatoria, en la causa que comenzó con una auditoría realizada tras el triunfo de Cambiemos en 2015.
Luego de una auditoría de Medio Ambiente y la SIGEN, el Director General de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Medio Ambiente, Pablo Bolado, presentó una denuncia ante la Fiscalía N° 2, a cargo de Carlos Rívolo, quien, a su vez, presentó su dictamen ante Bonadío. El juez ordenó inspecciones para corroborar el estado de las obras. Tras ello procesó, además de Aníbal Fernández, Jorge Capitanich y Juan Manuel Abal Medina (a instancias de la Cámara Federal), a los ex secretarios de Ambiente Juan José Mussi, Sergio Lorusso y Omar Judis. Igual suerte corrieron los ex jefes de Gabinete de Asesores Ricardo Hugo Salvioli, Raúl Alejandro Fernández, Jorge Eduardo Alcántara y Andrés Matías Meizner.
Los informes de los auditores llevaron a que el magistrado imputara a 32 intendentes bonaerenses, entre los 98 de todo el país, a quienes fue llamando a de-clarar entre mayo y octubre del año pasado.
En sus considerandos, el juez Bonadío mencionó algunas de las irregularidades detectadas, además de la discrecionalidad, como la ausencia de estudios de factibilidad, falta de control en la ejecución de los planes, transferencias pendientes de rendición, modificaciones e incumplimiento de proyectos y solicitudes aprobadas sin cumplir los requisitos o con tiempos disímiles: algunos en dos meses, otros en seis años.

Carlos Casares: Camiones y retroexcavadoras por casi 5 millones



En el caso de Carlos Casares, Bonadío concluye que “se habría comprado un camión volcador y un camión recolección de residuos, no así los quince (15) contenedores”, desvirtuándose de ese modo las finalidades preestablecidas.
Tras evaluar que hubo retrasos y cambio de componentes por una sentencia judicial, para trasladar el relleno sanitario existente, menciona desprolijidades a la hora de reflejar las modificaciones en las actas de acuerdo y no presentación de adendas (contratos). Si bien reconoce que se informó con posterioridad asegura que “los recursos ya fueron invertidos de forma ajena a lo pautado y sin autorización previa”.
En cuanto al segundo desembolso indica que no hay constancia de adquisición de material y maquinaria, que se hizo “mucho tiempo después con fondos municipales”, y que no se optó por la mejor oferta. También que se gastó menos y no se reintegró el dinero remanente.
“Recibimos una autorización para comprar los dos camiones que están comprados y acreditados, sin problemas, y recibimos una acreditación por 15 contenedores”, afirmó.
Torchio en la argumentación habla de dos proyectos diferentes, uno de los cuales era para la adquisición de “dos camiones volcadores” y “quince contenedores de cien litros”.

Revista La Tecla