El obispo diocesano aseguró que las hermanas son manifestación “del rostro materno de la Iglesia” y subrayó que “la dignidad de la mujer no se demuestra con pañuelos de colores, sino con compromiso por los pobres y por los necesitados”. “Ellas son el rostro materno de la Iglesia”
(Los
Toldos).- La comunidad de las religiosas Siervas de San José celebró hoy sábado 27 de octubre los 90 años
de presencia ininterrumpida en la localidad de Los Toldos. Monseñor Ariel
Torrado Mosconi, obispo de 9 de Julio, presidió la misa de acción de gracias en
la parroquia Nuestra Señora del Pilar y el cura párroco, el presbítero Horacio
Lento, lo acompañó concelebrando junto a otros sacerdotes .
El obispo diocesano destacó la historia y el
carisma de la congregación durante la homilía que pronunció en la parroquia
Nuestra Señora del Pilar. Allí aseguró que las religiosas “ hicieron presente
el rostro maternal de Dios” y que con “el abrazo materno de la Iglesia se dedicaron al
cuidado de las niñas y los pobres”.
Asimismo subrayó que “la
dignidad de la mujer y la vida de las niñas no se defiende tanto por
manifestaciones con pañuelos de colores, sino con el compromiso fiel y generoso
a favor de los pobres y necesitados”.
En cuanto a la historia recordó que “nueve
décadas no son poco tiempo y en la historia de este pueblo es una parte
significativa. Los creyentes sabemos muy bien que Dios se va haciendo presente,
se manifiesta y actúa en la vida de los pueblos y en nuestra propia existencia”.
Aseguró que “la presencia
ininterrumpida de las Hermanas está arraigada y ha dado frutos en este pueblo
de Los Toldos” y por eso remarcó que esa celebración “a contemplar cómo la
providencia divina no abandona a su pueblo”.
Por otra parte resaltó también el carisma de
las hermanas. “El carisma es siempre un don de amor, un regalo de la
gracia con que Dios bendice a su pueblo en un determinado momento y lugar, para
una misión concreta, ante unas necesidades o unos desafíos que se van
presentando. Por medio de los carismas y dones Dios sigue “cuidando y
atendiendo” a su pueblo, especialmente a los más pobres y necesitados.
Luego se dirigió a las hermanas a quienes convocó a “ seguir
contemplando al glorioso patriarca José: ¡En él tienen el modelo de servidor
humilde y fiel! Todo un pedagogo desde el “estar” antes que desde el decir o
hacer.
Posteriormente Monseñor
Ariel agradeció
en público el testimonio y las obras incuantificables de las religiosas que, en
total anonimato, realizan desde hace casi un siglo en forma ininterrumpida en el territorio de
General Viamonte. “Son frutos, que sólo son conocidos por Dios”.
“Sumándome a la comunidad toldense, a la de
la feligresía local, en nombre de nuestra Iglesia particular nuevejuliense, les
doy las gracias de todo corazón”, finalizó.