El ministro de Energía convocó a las
principales empresas del sector para analizar los mecanismos de compensación
del impuesto inflacionario que debía regir desde este viernes
El aumento de precios en las naftas
programado para el viernes quedó suspendido, por efecto de la aplicación del
cambio normativo que impuso la Reforma Tributaria a la venta de combustibles.
"Aranguren nos pidió que no pasemos la suba del impuesto a los
surtidores", aseguraron a Infobae altas fuentes del sector.
Luego de las reuniones que se
llevaron a cabo desde las 5 de la tarde, las empresas petroleras se fueron del
Ministerio de Energía con una decisión abierta sobre si aumentaban o no los
precios de la nafta mañana. La suba, causada por la aplicación del impuesto
inflacionario determinado por la Reforma Tributaria, es una decisión de las
empresas, aclararon desde el Ministerio de Energía.
Fuentes del Gobierno explicaron que
la decisión de absorber o no el impuesto se está discutiendo entre los
directivos que participaron de las reuniones con el ministro Aranguren.
El aumento, estimado en el nivel de
1,3%, se daba por la modificación del Impuesto a los Combustibles (ITC). Dicha
modificación se concretó durante la reforma tributaria del año pasado que
cambió el esquema impositivo por el expendio en estaciones de servicio. En
términos nominales, el salto hubiera sido de 34 centavos.
Con la nueva suba, el litro de nafta
súper se pagaría a $26 en la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano, mientras
que en el interior del país el litro en las estaciones de servicio implicaría
un desembolso de 28 pesos.
Las empresas, no el Gobierno, son
quienes determinaran si el aumento del impuesto se pasará a los consumidores o
no
Según la modificación que se pasó en
diciembre, los montos fijos del impuesto "se actualizarán por trimestre
calendario, sobre la base de las variaciones del Índice de Precios al
Consumidor (IPC)" tomando en cuenta los cambios inflacionarios acumulados
desde enero de este año.
El pedido del Gobierno no es el
primero a las petroleras luego de los coletazos cambiarios que se vivieron.
Luego del salto del dólar a $25 a mediados de mayo, el Ministerio de Energía
cerró un acuerdo con YPF, Pan American Energy y Shell Argentina en el que esas
petroleras pusieron en pausa los precios de los combustibles hasta el 1° de
julio.
Sin embargo, dicho acuerdo es un
tema aparte de la actualización del impuesto a la comercialización.
Sin margen para absorber aumentos de costos
Si bien tanto del Ministerio de
Energía, como de las empresas refinadoras se mantiene un singular hermetismo
sobre el sorpresivo freno al aumento previsto, fuentes confiables del sector
destacaron "dudas sobre la forma de instrumentación del ajuste impositivo",
y la imposibilidad de las firmas de no trasladar ese efecto al valor final para
el consumidor.
Los expertos destacan que "la
industria ya viene con un notable rezago en su política de precios, por el
acuerdo que habían firmado en mayo cuando se les impedió aumentar entre 7 y 8
por ciento".
Pero además, mayo fue un mes
particular porque el crudo Brent aumentó un 20% y el peso argentino se devaluó
un 40%. "Se trata de un combinación que alienta la exportación y
desincentiva la venta al mercado interno a los valores actuales", apuntan
los consultados.
Algunos analistas especulan con que
desde la cartera a cargo de Juan Aranguren se resuelva otorgar a las
refinadoras un precio diferencial para el valor del barril, de los USD 78 a USD
80 actuales, a un rango de USD 60 / USD 65, para no afectar el cuadro
inflacionario que en mayo habría vuelto a aproximarse al rango del 3%, como en
abril.
Se estima que en la continuidad de
la reunión de los técnicos del sector con el ministro en el curso de mañana se
cierre un acuerdo que permita sostener los precios en todo junio.