
En tanto,
para llevar total tranquilidad a la población y siguiendo los procedimientos
habituales, se tomaron muestras de agua para su análisis, cuyos resultados
preliminares arrojaron un informe negativo en cuanto a la presencia de
sustancias que alteraran las condiciones normales del líquido.
Cabe
destacar que el espesor del acueducto de hormigón que corre bajo el suelo en el
que produjo el vuelco, no permite el ingreso de sustancias, y en caso de que se
descubriera una rajadura el mismo posee presión positiva, lo cual produciría la
expulsión de cualquier líquido. Además, ABSA no posee captación de agua en ese
lugar, lo cual disminuye aún más la posibilidad de adulteración.