Una reciente investigación de CREA refleja las perspectivas del negocio, se espera fortalecer el consumo interno y un crecimiento del 16% de las exportaciones respecto a 2017
Para el
próximo año se espera estabilidad en la economía mundial, con China continuando
el crecimiento pero a tasas decrecientes, la Unión Europea
recuperándose de la
crisis y los países petroleros (demandantes de carne) con perspectivas de
recuperación del precio del petróleo.
El comercio
internacional de carne es de 9 millones de toneladas y se espera que crezca un
3% en 2018. El 65% de las exportaciones mundiales de carne se divide entre 4
países (India, Brasil, EEUU y Australia).
La demanda
de carne mundial está más atomizada y es explicada por nueve países que
concentran más del 70% de las importaciones (EE.UU, China, Japón, Rusia, Corea
del Sur, Unión Europea, Hong Kong, Egipto, Chile). Argentina tiene cerrado el
acceso a tres de ellos, EE.UU, Corea del Sur y Japón, que son mercados de alto
valor. La apertura de estos mercados comprende inicialmente el visto bueno
sanitario, y luego reducir los aranceles que alcanzan valores del 40% y 39%
para Japón y Corea del Sur, respectivamente.
China es el
gran traccionador del mercado internacional de carne. Hoy Argentina le vende
carne congelada y de bajo valor (4200 USD/t). En este sentido, se está
trabajando en los protocolos para poder exportar carne enfriada sin hueso y
quedan pendientes negociar reducciones de aranceles (en la actualidad de
12,5%). Se espera que en el 2018 Argentina pueda colocar 30 mil t más de carne
en este mercado. La Unión Europea tiene potencial de crecer en 5 mil t respecto
al 2017, al igual que Chile con 4 mil t. En total se espera que las
exportaciones nacionales crezcan un 16% respecto al 2017, llegando a las 350
mil t equivalentes carcasa.
Con relación
al mercado interno se espera para el 2018 fortalecer el consumo y la demanda de
carne vacuna. Las perspectivas del negocio agrícola han caído frente a la
última campaña. El precio esperado del maíz para la próxima campaña tiene una
tendencia decreciente debido a stocks altos en los principales países
exportadores (EE.UU, Brasil, Argentina) y perspectivas de una buena cosecha en
Sudamérica.
Para 2018 se
prevé un precio sostenido de los animales a faena, con posibilidades de suba
del 1 al 4% en términos reales. El fundamento de esta proyección es la alta
correlación existente entre precio y total faenado para los últimos 14 años. La
producción de carne vacuna proyectada para este año es de 2,80 mil.t equivalente
carcasa, una cifra 2% inferior a la registrada en 2017.
Hay tres
cuestiones que sustentan esta estimación. La primera explicación se relaciona a
que durante los dos últimos años se faenaron el 100% y el 106% del stock de
novillos y novillitos existente al inicio de cada año. Esto sucede porque la
duración de las invernadas se ha cortado al punto de que se faenaron machos a
una tasa mayor o igual de la que se produjeron los terneros. La segunda
cuestión es una reducción del stock de machos con respecto a 2017 de entre
300.000 y 400.000 cabezas. En tercer lugar, se espera que la faena de hembras
aumente por una moderación de la retención. La tasa de extracción de hembras
proyectada para 2018 es de 18%; inclusive se podría llegar hasta el 19% sin
comprometer al stock bovino actual. En el 2017 la tasa de extracción de hembras
fue de 16,8%.
La historia
muestra que desde el 2010 el precio del novillo ajusta de a “saltos”, pasando
por picos y valles. Esto en el marco de un mercado interno firme en demanda y
una oferta ajustada. La muy alta tasa de extracción de machos puede favorecer
que el 2018 sea un año de salto de precio; sin embargo, este efecto puede ser
aplacado por el aumento de la oferta de hembras en la faena.
En
referencia a la invernada, es importante destacar que en general el precio del
ternero tiene una débil asociación con la cantidad de terneros que se destetan
por año. Sin embargo, el precio a la zafra está fuertemente correlacionado con
el precio del ternero de noviembre del año anterior. A partir de esta relación,
es esperable un incremento de 4% en el precio del ternero respecto al año
pasado.
Por último,
en términos generales los asesores de las diferentes regiones CREA, ante estas
proyecciones están esperando un incremento de los costos superior al del precio
de la hacienda lo que resulta en márgenes más ajustados. Las oportunidades las
perciben en las relaciones de precios en general aún positivas para la
ganadería y en una buena relación carne-maíz aunque hay que estar muy atentos a
trabajar en las eficiencias internas. Asimismo, la mayoría de las regiones
advierte como una fuerte amenaza lo que pueda suceder con el clima, potencial
generador de un aún mayor incremento de los costos.