Pésimo. Así fue el cierre del 2015 para los intendentes bonaerenses. La proximidad de los comicios, tal vez, hizo que las desprolijidades sean más notorias. El organismo que audita las gestiones se mostró contundente. El 95 por ciento de los municipios sufrieron multas económicas.
(NR)Torchio
en el desayuno que mantuvo con el periodismo casarense señalo que su gestión se
caracteriza por las obras y por las cuentas claras. Al parecer sobre esto último
el Tribunal de
Cuentas debe tener otro concepto de “Cuentas Claras ya que lo
sanciono, no fue roja sino amarilla.El Informe
En 2015, los
cuatro años de gestión llegaban al final. Había que hacer las cosas bien para
lograr la reelección. No sucedió. El cambio fue grande, y el despelote previo,
también. Pese a que las rendiciones fueron todas aprobadas, el Tribunal de
Cuentas repartió sanciones para 127 de los 135 jefes comunales que culminaron
la gestión en diciembre de aquel año.
Una de las
razones del bochazo generalizado fue quizá la proximidad de las elecciones, que
hizo que el foco no estuviera puesto en la gestión y sí en las urnas. ¿El gran
cambio electoral está relacionado con las desprolijidades marcadas por la
entidad presidida por Eduardo Grimberg? Todo puede ser. La coincidencia está.
Aunque, claro, puede ser sólo una casualidad.
Las multas
oscilan entre 5 mil y 48 mil pesos, y los cargos llegan a superar los 200
millones de pesos; tal el caso del exjefe comunal platense Pablo Bruera.
También, vale aclarar, hay castigo monetario para los alcaldes que apenas
llevan un año y medio de gestión; en la mayoría de los casos por errores o
deficiencias administrativas de menor calibre, que habrán tenido la oportunidad
(o no) de corregir en el ejercicio del año pasado.
Dos párrafos
aparte para los intendentes que no fueron alcanzados por la lupa del tribunal.
A la cabeza, al igual que en el ejercicio 2014, Fernando Carballo (FR),
exmandamás de Magdalena y actual diputado nacional, quien cerró sin siquiera
una amonestación o un llamado de atención.
Lo acompaña
en este selecto escalón el florense Alberto Gelené (sí fue amonestado su
sucesor, Ramón Canosa).
En tanto,
recibieron la “amarilla” Walter Torchio (C. Casares), Eduardo Bucca (Bolívar),
Ismael Passaglia (San Nicolás) y Gustavo Cocconi (Tapalqué), un póker de
peronistas (el nicoleño saltó a Cambiemos), que, a pesar del tsunami macrista,
fueron respaldados por su gente y consiguieron así la “re” en el cargo. ¿Premio
a la prolijidad o casualidad? Vaya a saber. El que no fue votado pero sí mostró
prolijidad fue el también PJ Juan Delfino (Suipacha).
La
Tecla