Se trata de Jovina Luna, hermana de un soldado formoseño fallecido en el ataque a un cuartel del Ejército en el año 1975 en un gobierno constitucional. En dialogo exclusivo con Radio Fiesta contó como hizo para saber si los guerrilleros que mataron a Hermindo Luna cobraron una indemnización.
Hermindo
Luna es considerado el héroe de la resistencia con gloria de los soldados
formoseños de 21 años que el 5 de octubre de 1975, en pleno gobierno
constitucional de la
presidenta Isabel Perón, rechazaron el intento de copamiento de un cuartel del Ejército por parte de Montoneros, uno de los dos grupos guerrilleros más poderosos de los setenta.
presidenta Isabel Perón, rechazaron el intento de copamiento de un cuartel del Ejército por parte de Montoneros, uno de los dos grupos guerrilleros más poderosos de los setenta.
Ahora,
Jovina Luna una vecina que vive en Mechita desde hace varios años, acaba de
conseguir que el gobierno abra todos sus archivos e indique los nombres de quienes
han sido indemnizados como Víctimas del Terrorismo de Estado, presos políticos
y exiliados
La mujer
contó en una nota exclusiva con Ezequiel del Rio en RADIO FIESTA que el pedido
que fue sistemáticamente negado por el kirchnerismo con el argumento de que
había que proteger esos datos.
La historia
La escena
parece salida de una película: “El Negro” Luna, un criollo nacido en el campo
formoseño, estaba sentado en un sillón con su fusil sobre las piernas; tenía la
misión de vigilar el dormitorio donde sus compañeros dormían la siesta aquel
domingo caluroso.
Todos
estaban de retén; es decir, de reserva, listos para actuar en un caso
imprevisto, por ejemplo si a la guerrilla se le ocurría atacarlos, algo poco
probable porque cumplían con el servicio militar obligatorio en la periferia
olvidada del país, en un cuartel en los suburbios de la capital de la
provincia.
Sin embargo,
a las cuatro y media de la tarde Luna vio que dos jóvenes como él, vestidos de
azul, armados también con FAL, entraron pateando el portón y le gritaron:
“Rendíte, dame el arma, que la cosa no es con vos”. Ahí fue cuando Luna lanzó
una frase destinada a perdurar: “¡Acá no se rinde nadie, mierda!”, saltó hacia
un costado y preparó su fusil. No alcanzó a usarlo: unos disparos de FAL lo
partieron en dos. Su gesto, sin embargo, sirvió para alertar al resto de sus
compañeros, que se despertaron por el ruido de esos balazos y pudieron huir
hacia el fondo de la cuadra, donde estaban los baños y las duchas.
Luna quedó
tendido en el suelo, el cuerpo cortado en dos, las vísceras que se escurrían
por los agujeros de los balazos. Murió de a poco, gritando de dolor que lo
mataran de una vez. Seguramente, tuvo tiempo de pensar en sus padres, esos
campesinos pobres de Las Lomitas, que eran “peronistas de Perón y Evita”, como
decía su hijo conscripto.
Todo eso
ocurrió durante la llamada “Operación Primicia”, el ataque más espectacular de
la guerrilla de origen peronista y el bautismo de fuego del Ejército Montonero.
Fue el
primer ataque de Montoneros a un cuartel del Ejército, cuyo jefe ya era el
general Jorge Rafael Videla. Hubo, en total, veintiocho muertos por lo cual la
operación provocó una conmoción a nivel nacional.
[Informe: Bragado Informa]