Tres
planetas potencialmente habitables que orbitan alrededor de una estrella enana
ultrafría, a tan sólo 40 años luz de la Tierra, fueron descubiertos por un
equipo internacional de astrónomos desde el Observatorio La Silla, 470
kilómetros al norte de Santiago de Chile.
El hallazgo
se hizo con el telescopio Trappist, aparato robótico belga de 0,6 metros
operado desde la Universidad de Lieja y basado en el Observatorio La Silla,
donde dedican gran parte de su tiempo
al seguimiento de la luz de unas 60
estrellas enanas ultrafrías.
Estas
estrellas tienen tamaños y temperaturas similares a las de Venus y la Tierra, y
son los mejores objetivos encontrados hasta ahora para la búsqueda de vida
fuera del Sistema Solar.
El equipo de
astrónomos observó que esta estrella se desvanecía ligeramente por intervalos
de tiempo, lo que indicó que varios objetos pasaban entre ella y la Tierra. Un
análisis detallado confirmó luego la presencia de tres planetas con tamaños
similares al de la Tierra.
Se trata de
un descubrimiento "sumamente importante" ya que los planetas son
"potencialmente habitables", explicó la astrobióloga argentina Ximena
Abrevaya.
"Desde
el punto de vista de la búsqueda de vida en el universo es un descubrimiento
muy importante, ya que es la primera vez que se detectan planetas orbitando una
estrella enana ultrafría, cuando hasta ahora la existencia de planetas
orbitando ese tipo de estrellas era meramente teórica", señaló a la
agencia de noticias Télam Abrevaya, quien es también investigadora del Conicet.
La
científica apuntó que los niveles de radiación que los planetas reciben de la
estrella que orbitan los coloca en lo que se conoce como "zona de
habitabilidad", es decir que "podrían tener agua líquida y
condiciones aptas para la vida".
"Cuando
buscamos vida siempre intentamos encontrar formas similares a las de la Tierra,
porque al no conocer otras en el universo nos basamos en la biología
terrestre", explicó.
"Sin
embargo, no sólo el agua líquida es un requerimiento necesario, también se
requiere que el planeta sea rocoso", detalló.
La
científica agregó que además deben existir "condiciones favorables para el
ensamblado de moléculas orgánicas compatibles con la vida, fuentes de energía y
que otros factores como los niveles de radiación y temperatura estén dentro de
límites adecuados".
"Existen
chances de que esos planetas puedan ser habitables por algún tipo de forma de
vida, sin embargo se requieren muchos estudios para determinarlo",
completó.
Por su parte
Emmanuël Jehin, uno de los científicos involucrados en el descubrimiento,
afirmó que se trata de "un cambio de paradigma", mientras que su
colega Julien de Wit, del Instituto de Tecnología de Massachussetts (el afamado
y respetado MIT), en Estados Unidos, aseguró que se trata de "un paso
gigante", según reportó la agencia española EFE.
"Si
queremos encontrar vida en otros lugares del Universo, ahí es donde debemos
comenzar a buscar", completó el responsable del equipo de astrónomos,
Michaël Gillon, del Instituto de Astrofísica y Geofísica de la Universidad de
Lieja, Bélgica.
Según los
científicos la Trappist-1 (bautizada así por el nombre del telescopio), que
está en la constelación de Acuario, es una estrella enana débil, más fría y
roja que el Sol y de un tipo muy común en la Vía Láctea.
Además se
descubrió que del trío de planetas, dos tardan 1.5 y 2.4 días respectivamente
en completar su órbita, mientras que el tercero demora entre 4.5 y 73.
"La
consecuencia de esos períodos orbitales tan cortos es que los planetas están
entre 20 y 100 veces más cerca de su estrella que la Tierra del Sol",
explicó Gillon.
Actualmente
se están construyendo telescopios gigantes con los que los astrónomos creen que
podrán estudiar esos planetas y su atmósfera, "primero en busca de agua y
luego de trazas de actividad biológica", señaló De Wit.
Los autores
centrales del estudio son Gillon y Jehin, quienes construyeron el telescopio
para observar 60 de las más cercanas estrellas enanas superfrías. El esfuerzo
dio sus frutos, coincidieron ayer varios de sus colegas.