Ricardo
Pagano compró a fines de los ´80 su primera inyectora totalmente automática, la
misma que ahora fue sustituída por una de última generación. La nueva inversión
implica un salto de calidad y de producción, pero para el fundador de Pagano SA
también es una historia de los inicios que se cierra.
En el año
1986 Ricardo Pagano adquirió la primera inyectora automática para fabricar la
línea
de productos San Miguel, que si bien era usada, significó un gran avance
respecto a las anteriores que eran semiautomáticas. Al año siguiente, en 1987,
pudo comprar una inyectora totalmente nueva con la última tecnología de ese
momento, con una capacidad para inyectar 80 gramos de plástico, con una matriz
de cuatro bocas y una capacidad de cierre era de 80 toneladas. Esa misma
máquina estuvo produciendo accesorios de las tres líneas de productos de Pagano
SA, hasta hace pocos días cuando llegó a la planta fabril la nueva adquisición
que reemplazará a ambas.
Máquinas con historia
Se trata de
una inyectora que también es totalmente automática pero que marca importantes
diferencias cualitativas y cuantitativas, y con la que se van a fabricar casi
todos los accesorios plásticos de las líneas San Miguel, Caranext y Perímetro.
Ahora bien el reemplazo de una herramienta por otra de
última tecnología en una empresa como Pagano SA, dirigida por su fundador junto
a sus dos hijos Rafael y Sebastián, tiene otras implicancias. Y Ricardo Pagano
sintetiza esto diciendo que “me da cierta nostalgia hacer el cambio (sonríe).
Fue la primera máquina automática que traje, era todo un acontecimiento. Me
acuerdo que la iban haciendo y yo iba entregando lo que podía por mes o cada 15
días. Fue todo un avance para la fábrica empezar a trabajar de forma
automática. Pero sé que todos los cambios son buenos, me gusta invertir para
que la empresa siga creciendo”.