Fue durante la madrugada del lunes en ruta 65
El conocido “Nacho Duran” y la Sta.
Fernanda Loreti, sufrieron un accidente durante la madrugada del día lunes,
cuando viajaban en un remise a la ciudad de Junín para someterse al tratamiento
de diálisis.
El auto se despistó de la ruta debido a
la intensa lluvia y al agua acumulada sobre la calzada. Realizó dos trompos y
salió despedido con gran velocidad hacia la banquina. Terminando en una cuneta y
entre el agua.
Ambos pacientes, junto a los 16 vecinos
de nuestra ciudad deben viajar tres veces por semana para realizar el
tratamiento de diálisis y así mantenerse con vida. Sea cual fuese el estado del
tiempo y de nuestras rutas, deben viajar obligatoriamente.
Con niebla, lluvia o granizo deben
llegar a destino. Una sola interrupción podría ser fatal, ya que la máquina de
diálisis quita el líquido acumulado en su
organismo durante 48 horas,
cumpliendo artificialmente la tarea de los riñones. (La mayoría de los enfermos renales crónicos
no orinan).
Ante situaciones como esta, arriesgar
su vida en las rutas realizando 900 km semanales para luego intentar salvarla
adhiriendo al tratamiento de diálisis, suena a paradoja, a contrasentido, o a un juego de azares. Donde resulta difícil
para los pacientes evaluar cual es el riesgo mayor.
En el video realizado en el mes de
febrero, Nacho Duran contaba sobre los accidentes sufridos y su temor a los
periódicos viajes.
El hecho no derivó en tragedia pero
estuvo cerca. Ambos pudieron llegar a tiempo para dializarse. El riesgo a que
son expuestos los pacientes, con sus razonables temores y su enorme
sacrificio, resulta intolerable.
Se conoce como “amaxofobia” a la fobia o miedo a conducir un vehículo; debido,
por ejemplo, a la inseguridad, a la participación de seres queridos en
accidentes o a cualquier tipo de recuerdo doloroso relacionado.
El 10 de agosto pasado el juez Marcelo
Centeno condenó al Municipio de Carlos Casares a instalar el servicio en tres
meses, pero el Municipio se opuso y apeló.
El día 10 pasado venció ese plazo y los
18 pacientes renales en tratamiento siguen viajando para… “mantenerse con
vida”.