Inseguridad, que no solo duele, sino que ahora también “lastima”

La seguridad, según lo que señalan algunas definiciones académicas, es el sentimiento de protección frente a carencias y peligros externos que afecten negativamente la calidad de vida; en tanto y en cuanto se hace referencia a un sentimiento, los criterios para determinar los grados de seguridad pecarán de tener algún grado de subjetividad. En general, el término suele utilizarse para hacer referencia al conjunto de medidas y políticas públicas implementadas para proteger a la población del sufrimiento de delitos, en especial de aquellos que pongan en riesgo la integridad física. Por lo tanto, la inseguridad implica la existencia de un peligro o de un riesgo (por ejemplo, “en este barrio hay mucha inseguridad, ya me asaltaron tres veces”), y
lamentablemente esto último es lo que ocurre en nuestra comunidad, con el agravante de la violencia física.
Hace un par de meses, la ciudadanía, un grupo de unas 150 personas, se movilizaron hasta la plaza frente al Palacio Municipal, para reclamar mayor seguridad ante los hechos de inseguridad que se estaban registrando en la ciudad. El intendente no quiso responder a las inquietudes de la ciudadanía en la plaza ante los vecinos movilizados, sino que invito a un grupo minúsculo de ellos, a su despacho donde también se encontraban  las autoridades policiales de la distrital. La conversación entre vecinos-Intendente terminó sin pena ni gloria ya que el jefe comunal llevó la conversación hacia otro lado, lo que generó malestar de algunos vecinos.
Con los días llegaron algunos patrulleros, más efectivos, resolvieron algunos hechos  y demasiada publicidad sobre operativos fallidos (el más resonante el de ir a buscar las cosas robadas después de 45 días en el caso Garcés).Por dos o tres meses las cosas medianamente estuvieron en calma o al menos acalladas, ya que había hechos delictivos y en varios casos no salían a la luz.

El retorno, pero más violento


Al parecer, la paja a la escoba nueva se le fue gastando y de a poco nuevamente el resurgir de los hechos delictivos… Acusaciones de que “son siempre los mismos y salen”, el murmullo popular que dicen que “están protegidos por la propia policía o funcionarios, que son los abogados que ganan mucho dinero sacándolos, etc., etc.”, una historia que se repite y que al parecer no tiene fin.
Lo peor de todo esto, es que no sólo quienes saben y deben velar por la seguridad ciudadana de la existencia de hechos delictivos los acallan, los desconocen y los tapan, sino que los hechos delictivos cada día están siendo más violentos.Haremos referencia a algunos de ellos,que han sucedido en nuestra ciudad en los últimos días:* Un automovilista encañonado en un semáforo, llevado hasta un barrio y asaltado,* una joven golpeada para robarle, el celular,* un anciano lastimado al ser robado, son alguno de los casos conocidos, pero hay otros tantos de igual índole, que no han salido a la luz.
Ni hablar de lo arrebatos callejeros de bolsas y mochilas, a quienes van caminando o en bicicleta, en los que en algunos casos las víctimas han salido también lesionadas al caerse de sus bicicletas o tropezar en las veredas ante el tironeo.
Estos hechos no son ajenos a nadie, todos los conocen, es más los vecinos por medio de las redes sociales, se expresan señalando que les ha pasado y los lugares, alertando a los demás ciudadanos. Incluso se quejan de las calles y veredas oscuras, pero al parecer, nadie ve ni escucha.
Quizás las autoridades competentes consideran que la seguridad tiene que ver con incorporar más efectivos policiales y móviles, pero con ello no alcanza, además se debe instalar una buena iluminación callejera, todas  las cámaras de seguridad deben funcionar, se debe multiplicar su número e incorporar tecnología que acerque a eliminar el delito, se debe fortalecer el centro de monitoreo con la incorporación de mayor tecnología y la jerarquización de su personal, se debe coordinar la logística entre guardia urbana, policía y centro de monitoreo, trabajar en la creación del mapa del delito y en la estadística criminal local,  incorporar g.p.s y tecnología en los móviles municipales y de la policía, con el objetivo de trabajar en la prevención y detección eficaz  del delito,para que la población vuelva a tener confianza en quienes los cuidan y deben bregar por su seguridad e integridad.
Por lo cual, escuchar a los vecinos en sus reclamos, ayuda. Lo que no ayuda es hacerse el distraído y solo acercarse al vecino para la imagen publicitaria. Hoy la inseguridad, no solo duele, sino que lastima, el gobierno municipal debe abordarla y no esperar, para hacer algo más efectivo, a que mate.