En la última Asamblea fue designado titular de la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola por dos años
El nuevo presidente de AACREA, Francisco Iguerabide, de 43 años, posee una
vasta trayectoria dentro de la asociación. Fue asesor del CREA Villa Valeria
(Córdoba), presidente del CREA Melo-Serrano (Córdoba), vocal de la región
Centro, presidente del Congreso Tecnológico 2011, director de la Unidad de
Investigación y Desarrollo de AACREA y, su último cargo, vicepresidente de la
comisión directiva saliente.
Es ingeniero en producción agropecuaria de la Universidad Católica
Argentina (UCA), con un Máster en Administración de Empresas en el Instituto de
Altos Estudios Empresariales (IAE). Emprendedor nato, Iguerabide desarrolló
varias unidades de negocios como socio de una empresa familiar dedicada a la
producción agrícola. Actualmente trabaja campos de terceros con equipos
propios
y también tiene una empresa de transporte de granos en sociedad.
Será vicepresidente de AACREA Francisco Lugano, miembro del CREA Nueve de
Julio (Buenos Aires). La comisión directiva reducida se completa con los
siguientes cargos: secretario: Bernardo Debenedetti; prosecretario: Fernando
Zubillaga; tesorero: Domingo Iraeta; protesorero: Santiago Del Solar Dorrego;
vocales titulares: Hermenegildo Pini y Nicolás de Mendiguren; vocales
suplentes: Gerardo Sibaja y Adriana Arnaldo; revisores de cuentas: David Líbano
y Patricio Quinos.
Testimonios
Luego de asumir como presidente de AACREA, Iguerabide se dirigió a cada una
de las personas que compartieron con él sus años en la entidad. “Estoy
inmensamente agradecido por las oportunidades que me dieron en el Movimiento
desde las diferentes funciones que asumí”, señaló.
El presidente entrante afirmó que el desafío de su gestión será interpretar
con su equipo, a través de los miembros CREA, el camino que la organización
pretende transitar. “AACREA es una institución anclada en valores y, desde allí, plantearemos dos ejes
centrales: revalorizar la vanguardia empresaria para evolucionar como
productores y afianzar la relación construida con otros actores de la sociedad
a fin de contribuir a la mejora del entorno”, expresó.
En otro tramo de su discurso, hizo hincapié en la función metodológica del
Movimiento. “Estoy convencido que pertenecer a los grupos CREA modifica la
cultura del productor agropecuario porque se trata de una forma de trabajo
basada en normas que lo inducen a comportarse de una determinada manera”.
Asimismo agregó: “CREA lo ayuda a adelantarse a los hechos, a estar un paso por
delante de los escenarios que se sucederán. Ese es nuestro valor intangible”,
afirmó.
Con respecto a las cuestiones tranqueras afuera del Movimiento CREA,
Iguerabide espera que, para los próximos años, las nuevas autoridades
nacionales consideren la compleja coyuntura que vive el sector. “Deben
comprender que una condición sine qua non para la empresa agropecuaria es tener
un negocio atrás. La vaca, acostumbrada a vivir sin comer, se está por morir.
Eso ocurre cuando los ingresos de una actividad no cubren los costos directos.
Por tal motivo, el desafío a futuro será agrandar la torta para que no nos
disputemos las migajas”, afirmó. En este sentido, Iguerabide consideró
primordial llevar a cabo políticas públicas que fomenten la productividad y el
desarrollo federal.