Evalúan la instalación de plantas para abatimiento de arsénico en Carlos Casares

(Informe Municipal) El pasado jueves el intendente municipal, Esc. Walter Torchio, se reunió con el presidente de la Comisión de Investigaciones Científicas de la provincia, Ing. Agr. José María Rodríguez Silveira para evaluar la construcción y puesta en funcionamiento de plantas de abatimiento de arsénico en dos localidades rurales de nuestro distrito. “Se replicará un desarrollo de la CIC que se realizó en la escuela del paraje La Dorita”, sostuvo Torchio.
El intendente afirmó que “la idea además es llegar con la planta a barrios con bajos recursos” y destacó que “el conocimiento técnico que tiene la CIC es muy importante.
Los intendentes tenemos la necesidad de recurrir a organismos como éste y aprovechar los desarrollos que ya están y poder potenciarlos”.
Torchio destacó que “en este caso se trabajará en hacer un vínculo entre la Escuela Técnica de Carlos Casares, el Municipio y la CIC para abordar en conjunto la solución a esta problemática”.
Por su parte, el presidente de la CIC recordó que “la planta de abatimiento es un desarrollo de investigadores y centros de la CIC que se están implementando en varios municipios de la provincia que tienen problemas en el agua, similares a los de Carlos Casares”.
El arsénico en el agua afecta a numerosas localidades de la provincia. La CIC ya ha instalado plantas de este tipo en escuelas rurales de La Viruta (Punta Indio), Paraje La Dorita (Carlos Casares) y en Hale (Bolívar).
La planta desarrollada por la PLAPIMU consiste en un tanque de 5.000 litros en el que se coloca el agua contaminada con arsénico, arcilla y un agitador. El gasto de energía eléctrica para hacer funcionar el agitador es mínimo. A su vez el geomaterial arcilloso es natural y al no tener agregados químicos es sumamente económico, porque se usa sólo un 10% de arcilla respecto del volumen total del agua requerida.
La amortización de construcción, instalación y funcionamiento de la planta significa un costo de entre 2 y 3 centavos por litro de agua producida. Por otro lado, el residuo que se genera luego de varias intervenciones se calcina, se transforma en un hormigón, un ladrillo en el que el arsénico queda fijo, de modo tal que no vuelve a los acuíferos.


FOTO: Epígrafe: De izq. a der: La Dra. Lía Botto y el Dr. Horacio Thomas -diseñadores de la planta de abatimiento de arsénico- junto al intendente de Carlos Casares, Walter Torchio, y el presidente de la CIC, Ing. Agr. José María Rodríguez Silveira.