El golpe de calor, es el aumento de la
temperatura del cuerpo por una exposición prolongada al sol (insolación
clásica) o por hacer ejercicios en ambientes calurosos o con poca ventilación)
al punto que el cuerpo pierde agua y sales esenciales para su buen
funcionamiento.
En estas situaciones el cuerpo tiene
dificultades para regular su temperatura por los mecanismos habituales como la
sudoración, por lo que se produce un aumento de la temperatura corporal.
El
golpe de calor puede presentarse en el momento o después de varios días de alta
temperatura.
¿Cuáles son los síntomas?
Es importante estar alerta ante los
siguientes síntomas:
- sed intensa y sequedad en la boca
- temperatura mayor a 39º C (medida en la
axila)
- sudoración excesiva
- sensación de calor sofocante
- piel seca
- agotamiento, cansancio o debilidad
- mareos o desmayo
- vértigo
- calambres musculares
- agitación
- dolores de estómago, falta de apetito,
náuseas o vómitos
- dolores de cabeza (sensación de latido
u opresión)
- estado de confusión, desorientación,
delirio o incluso coma o convulsiones
En
los bebés además se puede evidenciar:
- la piel muy irritada por el sudor en el
cuello, pecho, axilas, pliegues del codo y la zona del pañal.
- Irritabilidad (llanto inconsolable en
los más pequeños).
¿Quiénes
son los más vulnerables?
Cualquier persona puede ser víctima de un
golpe de calor. Sin embargo se debe tener especial cuidado con los siguientes
grupos ya que tienen mayor riesgo de padecerlo:
- bebés y niños especialmente menores de
1 año (ya que su cuerpo tiene menor capacidad para regular su temperatura)
- bebés que padecen de fiebre por otras
causas, o diarrea
- personas con enfermedades crónicas
(afecciones cardíacas, renales o neurológicas)
- niños obesos o desnutridos
- personas que tienen la piel muy quemada
por el sol
- jóvenes que abusan de bebidas con
alcohol y de drogas
- personas mayores
¿Cómo
prevenirlo?
Para
evitar un golpe de calor en zonas y/o épocas de altas temperaturas, es
importante:
- Evitar bebidas con cafeína o con azúcar
en exceso
- Evitar bebidas muy frías o muy
calientes
- Evitar comidas pesadas
Con
los más chicos:
- No esperar que pidan agua. Ofrecer
continuamente líquidos, especialmente jugos naturales. En el caso de lactantes
ofrecer el pecho de manera más frecuente.
- Vestirlos con ropa holgada, liviana, de
algodón y colores claros o incluso desvestirlos.
- Bañarlos y mojarles el cuerpo con
frecuencia.
- Proponer juegos tranquilos evitando que
se agiten.
- Evitar que se expongan al sol
especialmente en el horario del mediodía o bien, protegerlos de sus efectos si
no se puede evitar la exposición: con el uso de ropa adecuada (sombreros, ropa
de manga larga) y protectores solares adecuados.
- Mantenerlos en lugares bien ventilados
o bien con aire acondicionado (ya sea en casa o lugares públicos) cuando la
temperatura ambiente es muy elevada.
- Nunca permanezca con ellos dentro de un
vehículo estacionado y cerrado.
Para
todos:
- Evitar bebidas con alcohol ya que
aumentan la temperatura corporal y las pérdidas de líquido. No es conveniente
tomar cerveza ante la sed y el calor.
- Evitar la actividad física intensa.
¿Cómo
debemos actuar si ocurre?
Es importante actuar rápidamente. En
primer lugar se debe intentar baja la temperatura del cuerpo de la persona
afectada, con hielo o con un baño en agua helada.
Además es importante:
- ofrecer agua fresca (o incluso agua con
una cucharadita de sal)
- trasladar a la persona a un lugar
fresco y ventilado
- no administrar medicamentos
antifebriles
- no friccionar la piel con alcohol
El golpe de calor puede ser muy grave, en
especial para los bebés y niños pequeños. Por eso, ante los primeros síntomas
no demore en consultar al médico o acercarse al hospital, y/o centro de
atención primaria de salud municipal.