
Sin dar
nombres, el jefe Comunal dio a entender que la usurpación de los lotes fue
impulsada por alguna persona. “Hay gente que puede tener algún sesgo de
inteligencia más que los demás, planifica desde lo intelectual y manda vía
mail, redes sociales o
mensaje de texto la posibilidad de que unas 15 o 20
personas vayan a usurpar un terreno. Pero se le termina escapando de las manos.
No hay que aprovecharse de la gente que tiene un alto nivel de necesidad. Lo
que hizo la gente no es lo que corresponde. A mí me gustaría que los primeros
que fueron arengados denuncien quién los mandó”, manifestó en una entrevista a
“Somos Lincoln”.
“No comparto
pero puedo entender que haya gente que haya ido a usurpar una propiedad privada
ante una necesidad. En el primer momento de fragor, todo el mundo se quiere
quedar, pero hay gente que ha empezado a reflexionar, ya que vivir ahí es no
tener cloacas, no tener agua, luz ni ningún otro servicio. Invito a que la
gente reflexione y a que, moderadamente, podamos llevar adelante un proceso de
desocupación”, señaló.
Decreto
El
Intendente detalló además los argumentos que habían motivado el Decreto para la
adquisición de otro terreno que había sido ocupado también en inmediaciones del
Club Rivadavia.
“En el lote
no se generó una usurpación. Los terrenos fueron vendidos a bajo precio y,
pasado un tiempo, se empezaron a afincar algunas viviendas”, explicó.
En este
sentido recordó que “anteriormente, en épocas preelectorales, hubo un candidato
que fue a agitar y un grupo de gente se acercó al Municipio para entrevistarse
conmigo. En ese momento les dimos la oportunidad de llevar el servicio de
electricidad hacia esos terrenos”.
Fernández
señaló: “Uno, como intendente, está obligado a resolver los problemas de la
gente. En esos terrenos empezamos a ver que había otros problemas. Los
arquitectos del Municipio me plantearon que existía la posibilidad de hacer una
urbanización”.
Respecto de
la modalidad de la compra indicó: “Había dos maneras de hacer esto. Una era
hacer una expropiación por parte de la Provincia, lo cual implicaba hacer un
trámite que tardaría unos diez años. La otra opción era hacer un boleto de
compra-venta por parte del Municipio, y lo mandamos ad-referendum desde el
Concejo Deliberante. Si esto está mal, que la gente me juzgue”.