Rodrigo Álvarez ya es el nuevo diácono de la Diócesis de 9 de Julio


El joven linqueño de 31 años fue ordenado por el obispo diocesano este sábado en la  Iglesia Catedral de Nueve de Julio. Durante la ceremonia, también se instituyó como acólito a Ignacio Balle.


Monseñor Ariel Torrado Mosconi, obispo de Santo Domingo en Nueve de Julio, ordenó como diácono al seminarista Rodrigo Álvarez, de 31 años, oriundo de Lincoln. La ceremonia se realizó el sábado por la mañana en la Iglesia Catedral de Nueve de Julio. Durante la misma ceremonia, instituyó como acólito, al joven nuevejuliense, Ignacio Balle. 
Durante la homilía el obispo recordó que la función principal de un diácono es la del servicio a sus hermanos. “Este sacramento te da la gracia y el don para el servicio. Atención, disponibilidad, generosidad son actitudes y virtudes que el servidor del Señor deberá cultivar cotidianamente con seriedad y responsabilidad para que su servicio y misión sean auténticos e íntegros, dando así frutos para el Señor en bien de su pueblo santo y no éxitos para la propia satisfacción egocéntrica”. 
Asimismo destacó que recibir ese sacramento es una verdadera “promesa de amor y una respuesta confiada”. “La escucha permanente de la voz de Dios, la apertura dócil a su gracia y la confianza plena en su obrar amoroso, son las actitudes requeridas y necesarias para que tu seguimiento, entrega y servicio al rebaño del Señor fructifiquen en el interior de las personas y en la vida de las comunidades”.
En ese sentido aseguró que también todos los cristianos están llamados a ser parte de esa “promesa de amor y respuesta confiada”. “El Dios de la vida y Señor de la historia, nos asegura la promesa de que estará con nosotros hasta el fin. Aquí debemos poner nuestra confianza, y no en los vaivenes engañosos de las mediciones estadísticas, las manipuladoras campañas de imagen o las pujas por una cuota de poder, todos frutos muertos de la vacía y triste “posverdad”, enfatizó.
Por ello remarcó que ese acuerdo de fe debe estimular a cada cristiano y alentarlo para “no bajar los brazos y a no sucumbir ante cualquier tipo de presión” especialmente “en estos tiempos en los cuales, desde distintas usinas ideológicas, a veces tan opuestas entre sí, persiguiendo o representando oscuros e inconfesables intereses, van contra el mismo ser humano y contra la fe cristiana”.
Por eso, alentó a todo los miembros del santo pueblo de Dios a esforzarse para que “para que toda la vida y misión eclesial sea un vivo testimonio de fe, de esperanza y de amor en medio de este mundo alejado de la verdad, desilusionado y violento. Sólo así podremos irradiar la confianza, la esperanza, la misericordia y la alegría del Evangelio que los hombres y mujeres de nuestro tiempo tanto necesitan”.
Por último exhortó a todos los presentes, especialmente a Ignacio y a Rodrigo, a “confiar y servir son dos actitudes básicas en el seguimiento diario del Señor Jesús y, al mismo tiempo, la síntesis de todo un programa de vida en medio del complejo y agitado mundo de hoy, dando testimonio de la fe cristiana”.



El rito


Luego de finalizar la homilía, comenzó el rito de la ordenación diaconal,  que tuvo sus dos momentos más transcendentes con la imposición de manos y la plegaria con los que se confirió al candidato el don del Espíritu Santo para ejercer su función. Cabe recordar que un diácono puede bendecir, bautizar, casar, dar la comunión, llevar el viático a los moribundos, presidir la celebración de la Palabra, los funerales y ceremonias de sepultura. 
Posteriormente el padre Guillermo Gómez, delegado de las vocaciones, y el P. José Luis Rossi, quien lo acompañara en esta última etapa de formación,   revistieron a Rodrigo Álvarez con las vestiduras propias de ese ministerio. Se trata de la estola cruzada y de la dalmática.
La ceremonia continuó con la entrega del libro de los Evangelios, que indica la función de los diáconos de proclamar el Evangelio en las celebraciones litúrgicas y de predicar, de Palabra y de obra, la fe de la Iglesia. 
Acompañaron la ceremonia todos los sacerdotes, diáconos y los demás seminaristas de las diócesis. También asistieron familiares, amigos y fieles de los pueblos natales del nuevo diácono y del nuevo acólito.
Rodrigo Álvarez iniciará próximamente su ministerio diaconal en las parroquias “San Juan Crisostómo (de Carlos Tejedor) y “San José” (de Tres Algarrobos).