La carne subió 10%, mientras que algunas frutas y verduras, el 20%. A ello se sumó la suba de otros productos por cuestiones de estacionalidad o demanda, como es el caso de la cebolla, y la casi no entrega de harina por la falta de precio.
La nueva
corrida cambiaria camenzó a impactar en el precio de los alimentos y ya se
notan aumentos de entre el 10 y el 20 por ciento, aunque la mayoría de los
proveedores -del rubro que se trate- son reticentes a
entregar mercadería por
falta de referencia de precios.
Uno de los
casos más paradimáticos es el del pan. A nivel nacional los molinos mantienen
suspendida la venta desde el martes, hasta que se estabilice el precio del
dólar o haya un valor de referencia, pese a que ya comunicaron a algunos clientes
que se aplicará un incremento de entre el 20% y el 30%.
Por esta
razón, y más allá de la intención de la mayoría de los panaderos de retrasar la
suba, tarde o temprano se verán obligados a trasladar el incremento al
mostrador. Hasta el momento, nadie se animó a remarcar a las apuradas porque la
situación es muy complicada y podría generar una caída en las ventas.
El último
incremento de la harina fue hace apenas un mes y, ya entonces, la mayoría
prefirió absorber esa suba. En las fábricas de pastas y las pizzerías locales
también se optó por mantener los precios, hasta tener el aumento de la harina
encima.
La mayoría
estima que los clientes verán reflejada esa suba durante este fin de semana.
En cuanto a
precios, en los productos nacionales se registran valores similares a los del
año pasado (contrario a los importados, que sí aumentaron), pero eso es a
consecuencia de que la inflación fue absorbida por los intermediarios y
mayoristas.
Otro insumo
esencial que se disparó con el dólar fue el aceite, que tuvo un incremento a
nivel mayorista superior al 20% y en varias provincias se había cortado el
abastecimiento.
En varias
lugares también se observó mas movimiento del habitual en los súper e
hipermercados: la razón principal es que las familias optaron por abastecerse
de productos de primera necesidad antes de que la suba del dólar se traslade
más los precios, algo que parece inevitable ocurra en los próximos días.
En los
artículos que no están tan atados a la moneda estadounidense, las variaciones
oscilan entre 10 y 10%, mientras otros aún no aumentan. Y los lácteos, que iban
a tener una bonificación de 15% esta semana, la quitaron.
En cuanto se
conoció que algunas grandes empresas habían frenado sus envíos de mercadería el
mismo lunes por la mañana, asomó el fantasma del desabastecimiento.
De hecho, se
habló de una disyuntiva entre aceptar el incremento planteado por los
proveedores y trasladarlo a los precios entre fines de esta semana y principios
de la otra, o arriesgarse a que falten algunos productos.