Siniestralidad Vial: Es urgente cambiar el paradigma para mejorar los resultados


En el marco del Día de la Seguridad Vial, que se conmemoró el lunes 10 de junio, se presentó a periodistas Safety Group, consultora especializada en movilidad segura, sustentable y responsable con el foco puesto en generar nuevas estrategias de acción y comunicación que contribuyan a reducir los índices de siniestralidad vial en el país


“Si seguimos intentando llegar a la gente de la misma manera, creo que no vamos a llegar a ningún lado, porque si la cantidad de muertos en Argentina sigue siendo la misma es porque algo no estamos haciendo bien”, explicó Axel Dell`olio, Gerente de Safety Group, un espacio profesional que se conformó recientemente al reunir a referentes en materia de Seguridad Vial en la Argentina, con el objetivo de potenciar su trabajo de más de una década.

Al comenzar la presentación Dell`olio resaltó que Argentina, -como otros países en desarrollo- gasta en seguridad vial entre 1 y 3 por ciento de su PBI. “Es importante marcar la diferencia entre gasto e inversión”, dijo; y aclaró que “el primero surge a partir de un siniestro: disposición de vehículos de emergencia como policía, bomberos, ambulancias; traslados de víctimas y familiares; liquidación de los servicios médicos y fúnebres en muchos casos; más pensiones de por vida por invalidez, mientras el segundo tiene relación directa con la prevención”.
 “Cuando a un municipio le llega una liquidación que ronda los $500.000 por gastos de internación de una víctima de siniestro vial que conducía sin la protección adecuada, llega la reflexión ¿cuántos cascos compramos con ese dinero?”, dijo;y agregó que “no tiene que ver con un político en particular sino con modelos que deben cambiarse para generar Políticas de Estado efectivas a nivel nacional”.
Luego recordó que la siniestralidad vial es la es la primera causa de muerte entre niños de 5 y 14 años y en adultos de 15 a 29 años, según la Organización Mundial de la Salud (OMS); y aseguró que “muchas veces no se necesitan grandes presupuestos sino estudiar el entorno y generar pequeñas modificaciones para volverlos seguros”.
Según explicó el especialista, el trabajo sistemático con niños es el que puede traer mejores resultados en el corto plazo. Por eso valoró la labor de las instituciones sin fines de lucro, de otros colegas y las empresas del sector privado, pero advirtió que los resultados serían más inmediatos si en la Argentina se implementara la ley nacional de Educación Vial que rige desde 1986.
 “Desde nuestro enfoque intentamos que los chicos se vean dentro de su entorno y que ellos mismos propongan la solución”, dijo; y repasó que trabajan en todos los niveles desde jardín de infantes hasta secundarios con programas especiales como Al Cole Seguros o La Seguridad Vial va a la Escuela, en diversos puntos de la Argentina.
Además se refirió al desarrollo del Observatorio Vial, que está operativo en localidades de 6 provincias del país, y destacó que el análisis de datos permite saber dónde y cómo intervenir de acuerdo a las particularidades de cada localidad. “En Rivadavia (Buenos Aires), por ejemplo, el 89 por ciento de los motociclistas usan casco, pero el 65% no se lo abrocha”, contó a modo de ejemplo.
Gran parte del problema vial radica en la “falta de Federalismo” que existe en la Argentina en torno a la normativa de Tránsito que, cuando se sancionó la Constitución, se delegó a cada una de las provincias, explicó Dell`olio. “En materia de legislación tenemos un hermoso país en cada una de las provincia, más el caso específico de Córdoba, por ejemplo, que cuenta con más de 400 legislaciones según la localidad”.
Esta situación conlleva enormes dificultades en el día a día sobre competencias: qué jurisdicción emite licencias, genera multas, realiza operativos de seguridad vial, o autoriza vehículos de transporte público. “El ejemplo más claro es la llegada de Uber que pone en evidencia que el tránsito es tierra de todos y de nadie al mismo tiempo y esto genera violencia en la sociedad”, afirmó.
Al mismo tiempo, llamó la atención sobre la contención que necesitan los conductores profesionales que participan en siniestros con pérdidas de vidas. En ese punto recordó la tragedia en el cruce de las rutas 7 y 51, a la altura de Carmen de Areco, que dejó 9 muertos, entre ellos, un bebé que viajaba a upa. “Es cierto que iban 16 personas en una camioneta, y es una locura, pero ¿es viable que sigamos teniendo un cruce a nivel en una ruta con alto tránsito de camiones?”, cuestionó; y puso en duda la capacidad del chofer para continuar con su trabajo ya que “pese a que venía bien, respetando la velocidad, mató a 9 personas, ¿cómo sigue esa persona?”.
Por último, destacó la importancia de incentivar un transporte más sustentable y amigable con el medio ambiente, pero advirtió que el monopatín, que se autorizó recientemente en la Ciudad de Buenos Aires, mientras “en países de Europa se está empezando a sacar”, va a traer “grandes problemas” en el tránsito “si no se activa una gran campaña de concientización” sobre su uso. “Cómo hacemos que frene de golpe un monopatín que llega a más de 20 kilómetros por hora, no da el diámetro del rodado”, alertó.
Luego de repasar los principales problemas del tránsito, el transporte y la movilidad en la Argentina, el titular de Safety Group aseguró que “es urgente cambiar el paradigma, porque hay que cambiar los resultados”.

Salir del sentido común


A continuación Natalia Caro, una ex jugadora de jockey que fue víctima de un siniestro vial hace 8 años y quedó imposibilitada de caminar, contó su historia, revivió el día del impacto, cómo fue la rehabilitación y reflexionó sobre las consecuencias de no haberse tomado “un segundo” para abrochar el cinturón de seguridad; “era una persona muy activa, llevaba a mis compañeras a los entrenamientos y cada vez que se subían a mi auto les decía, ponete el cinturón, al día de hoy me pregunto por qué no lo hice ese día”, recordó.
Además recapacitó sobre el daño que se generó a si misma, pero puso el foco en el dolor que le causó a sus familiares y amigos desde el momento del siniestro. “Mi mamá dejó su vida, y vive para mi mientras que una de mis mejores amigas todavía no logra superarlo y cada vez que me viene a ver llora”, compartió Caro.
Luego se proyectó el video de su caso que es parte del ciclo “Historias Viales, Historias reales”, un trabajo que se realizó junto al Municipio de Rivadavia, provincia de Buenos Aires.