“El Papa Francisco agradeció a los obispos argentinos por la asistencia
que la Iglesia realiza para contener la pobreza en el país”. Así lo aseguró el
obispo de Nueve de Julio, Monseñor Ariel Torrado Mosconi, desde El Vaticano,
quien forma parte del primero de tres contingentes de prelados que
visitan al Sumo Pontífice en la tradicional visita conocida como
“Ad limina apostolorum Petri et Pauli”, expresión latina que puede traducirse
como “hacia el lugar de los apóstoles Pedro y Pablo”.
En el marco de esa
visita los obispos argentinos el jueves 2 de mayo por la mañana celebraron la
santa Misa en el sepulcro del Apóstol San Pedro y luego fueron recibidos por el
Santo Padre. Entre los prelados convocados se encontraba nuestro obispo monseñor
Ariel Torrado Mosconi. Al comienzo de la reunión, el obispo secretario general
de la Conferencia episcopal argentina, monseñor Carlos Malfa entregó un saludo
en nombre de todos, en el cual expresaba “no venimos solos, traemos las
alegrías y las tristezas, los dolores y esperanzas de los hombre y mujeres de
la Patria” entre otros conceptos. Monseñor Torrado Mosconi refirió
sintéticamente lo más destacado de tan significativo evento.
El encuentro ameno se prolongó por dos horas y se abordaron
temas muy variados. Entre ellos se destacó la preocupación del Papa respecto a
las polarizaciones, divisiones y enfrentamientos entre los argentinos,
invitando a los obispos a ser agentes y factores de encuentro, diálogo y
reconciliación. Esto se puso de manifiesto con motivo del debate sobre el
aborto y que ha hecho mella sobre todo en los jóvenes. A ellos se les dedicó un
espacio importante durante la conversación. Francisco insistió en la lectura y
aplicación de su exhortación apostólica “Cristo vive” referida a los jóvenes y
señaló algunas indicaciones muy prácticas para relacionarse con ellos: “no
tenerles miedo, estar y darles mucho tiempo, esforzarse por darles un buen
testimonio porque se alejan ante las incoherencias, acompañarlos sin
imposiciones” señaló.
Ante la preocupación que le manifestaron los obispos por la
crisis económica, el Sumo Pontífice valoró y agradeció particularmente el
trabajo, los esfuerzos y generosidad de quienes en y desde la Iglesia ayudan a
paliar las necesidades de los más desfavorecidos de la sociedad así como todo
el trabajo de prevención y acompañamiento en materia de adicciones. También
señalo la gravedad e importancia del problema educativo, al cual se le dedicó
un largo momento, coincidiendo en que se está en un verdadero deterioro y
emergencia. Y que, al mismo tiempo, una de las salidas, remedios y soluciones a
la actual situación del país está en abocarse y priorizar la educación.
Insistió en la defensa de la vida desde su concepción, durante su desarrollo
procurando el cuidado de los más vulnerables y hasta su término natural.
Además hubo espacio para referirse a la influencia y la
relación con los medios de comunicación social, a la cuestión del cambio
climático y la defensa del medio ambiente. También se trataron otros
temas de importancia para la vida eclesial como son la religiosidad popular, la
vida y ministerio de los sacerdotes, las vocaciones a la vida consagrada y los
seminarios. Acerca de la cuestión de los abusos refirió que próximamente se
darán a conocer nuevas normativas fruto de la reunión cumbre tenida en febrero
pasado con los presidentes de las conferencias episcopales del mundo.
Los obispos le manifestaron también su deseo y el de la
mayoría del pueblo argentino, de que visitara el país. El Papa respondió que es
también su deseo aunque la complejidad y variedad de su agenda -de alcance
global- no lo hace posible por el momento. Finalizó con una sentida bendición a
los obispos, subrayando que por medio de ellos llega a cada comunidad diocesana
y a todo el pueblo argentino. Así lo refirió el obispo de Nueve de Julio,
quien ha llevado las intenciones de toda la diócesis.