Luego de que se conociera la noticia de que varios tambos comenzaron a comercializar leche suelta directamente al consumidor sin pasar por la industria, Bromatología tomó conocimiento de la situación y salió a prohibir la práctica. “El Código Alimentario Argentino prohíbe la comercialización de leche cruda"
Luego de que
se conociera la noticia de que varios tambos comenzaron a comercializar leche
suelta directamente al consumidor sin pasar por la industria, varios
productores decidieron sumarse a la modalidad, en un contexto de precios bajos
al sector primario y escasez de stock en los supermercados.
Tal es el
caso de Federico Gielis, un joven productor del partido bonaerense de General
Villegas, que días atrás salió a vender leche fresca en Emilio V. Bunge a un
valor de $20 por litro.
La
iniciativa fue un éxito y llegó a entregar alrededor de 120 litros por día, por
lo que se trasladó a la ciudad cabecera con 500 litros y se instaló en el
barrio Trocha, donde se encontró con vecinos que se acercaron a comprar en
forma masiva.
Al productor
la fábrica le paga $10 el litro, y en góndola está $60”, explicó el productor
en declaraciones a una radio local.
Pero todo se
frenó cuando Bromatología tomó conocimiento de la situación y salió a prohibir
la práctica. “Bajo ningún punto de vista
se permitirá la venta de leche; no podemos avalar ni mirar para otro lado
sabiendo lo grave de las consecuencias que puede tener para cualquier persona”,
explicó Silvio Borone, titular de la cartera local.
Lo mismo
ocurrió en zonas como Tandil o la provincia de Mendoza, donde también se
registraron ventas de leche directamente del tambo.
“El Código Alimentario Argentino prohíbe la
comercialización de leche cruda basado en la prevención de complejos de
enfermedades o agentes infecciosos de interés para la salud pública“,
explicaron desde Bromtaología en relación al Síndrome Urémico Hemolítico,
tuberculosis, salmonelosis, listeriosis y otro tipo deintoxicaciones e
infecciones que ponen en riesgo a grupos etarios como bebés, niños pequeños y
otros adultos como mujeres embarazadas, personas inmunodeprimidas o trasplantadas.
Fuente:
InfoCAmpo