Luis y su novia Mailén, en la intimidad de su hogar. |
El casarense, narra en una carta (Carta al País) que publico Clarín en el día de hoy lo que fue convivir con las drogas, la noche, el descontrol y el esfuerzo para salir de ese infierno. Es un relato conmovedor, donde no deja nada librado al azar. Deja un mensaje alentador y ejemplificar de que con esfuerzo y dejándose ayudar se puede salir. No es fácil, pero se puede. “El rey de la noche” muestra su gesto de nobleza al ayudar a otras personas que están pasando por lo mismo que él paso.
“Volver del infierno: “Fui el rey de la noche”
Desde los 17
años se codeó con las drogas. Vino desde Carlos Casares a la Capital en busca
de sueños, pero se convirtieron en pesadillas. Buscó ayuda, y hoy es un adicto
en recuperación que auxilia a otros con las adicciones.
La carta
La adicción
es una enfermedad terrible que se llega controlar, pero no existe cura alguna.
Honestidad, receptividad y buena voluntadson las bases para una recuperación
sólida, armando cimientos con estas palabras, si las utilizamos día a día, les
aseguro tendrán una hermosa vida. Tengo 38 años y hoy me puedo animar a
contarles que pude volver del infierno.
Hace dos
años pensaba que mi destino estaba escrito por consumir cocaína. A los 17
conocí esta droga, así y todo llegué a ser exitoso en lo que me proponía. Pero
como siempre pasa, un día dejé de ser existoso. “Rey de la noche”, empresario,
buen empleado, buen amigo. Todo eso era. Hasta que tuve una adicción activa, y
con ella vinieron todos los fracasos, uno tras otro. En mis años gloriosos como
empresario de la noche (1999-2007) en mi ciudad de Carlos Casares, llegué a
tener seis boliches bailables y pubs en el mismo momento. Fui el “rey de la
noche”. Era 2007 y me salió la oportunidad de trabajar en la gerencia de
gastronomía en los Casinos de Puerto Madero e Hipodromo de Palermo, tocando el
cielo con las manos me ofrecieron la coordinación de gestiones operativas. Me
vine con muchos sueños a la Capital Federal, los cuales los fui cumpliendo. Formé
una familia, tengo una hermosa hija de 9 años, y con tan sólo 30 años había
logrado mucho más de lo que podría haber soñado.
Pero con
todo a favor, familia, dinero, con el dinero algo de poder, con el poder algo
de impunidad, pero con todo esto se empiezan a perder los valores que mi
familia me había inculcado. Durante muchos años conocí muchísima gente, desde
personalidades de la política hasta los más grandes empresarios de la
Argentina, deportistas y gente muy buena y, no tan buena. Pero no podía parar
de consumir. Mis padres; hermanos; tíos; amigos; vecinos; ex mujer; mi jefe,
todo el mundo veía cómo me deterioraba día a día. Ellos trataron de ayudarme,
hasta que un día me encontré sólo. Estas vos y la droga. Nadie más. Es la misma
enfermedad que no te deja ver ninguna otra salida mas que la cocaína, en mi
caso.
Hoy, les
puedo decir que se puede salir. Yo dejé de consumir todo tipo de drogas: no
tomo ni un vaso de cerveza, nada que pueda llevar a alterar mis emociones y
llevarme nuevamente al fondo. Después del fallecimiento de mi madre, y en un
momento de lucidez, pude pedir ayuda a Ceci y a el Colo, que me ayudaron a
encarar la internación; y a Ezequiel, el gran director de Salud Mental de la
Clínica de Carlos Casares, ellos me internaron lejos de mi ciudad, en una
fundación. Logré parar de consumir y fue nuevamente tocar el cielo con las
manos. Hoy tengo una vida ordenada. Todo lo que me sucede hoy, sin drogas, me
hace feliz y no lo cambio por nada del mundo. La vida de hoy no la cambio ni
por el mejor día de consumo. Si no hubiera parado de consumir hubiera terminado
en una cárcel o en una morgue. Esos son los lugares donde termina mucha gente
que no pudo o no tuvo el apoyo suficiente. Mi mensaje es que se puede salir de
las drogas, con ganas, con voluntad. Espero que muchos que están o estuvieron
en mí misma situación se puedan sentir identificados con mi historia. Muchas
veces, cuando intentamos parar de consumir, no encontramos los motivos
suficientes para hacerlo y seguimos viviendo mal. Pero inténtenlo de todas
formas, háganlo por alguien querido, pero con el tiempo uno lo hace por uno
mismo, ya que es la única manera de sostener el estar limpio.
Debido a que
pude salir de mi adicción, presenté y tengo proyectos en marcha para brindar
ayuda en la problemática de adicciones. Hoy estoy trabajando como operador
socio-terapeuta en adicciones, ayudando a las personas que sufren esta
enfermedad y a sus familias. Esto lo hago porque me llena el alma y me hace
bien hacer llegar al adicto que todavía sufre. Estoy orgulloso de trabajar en
una fundación para adictos, allí damos tratamientos ambulatorios gratuitos a
quienes no puedan costearlo. Esta fundación es sin fines de lucro con el perfil
en adicciones.
Dejo en
claro que no soy doctor ni clínico ni psicólogo, soy un adicto en recuperación
que sé cómo se puede salir, porque estuve muy adentro y no hay mejor terapia y
ayuda que la de un adicto en recuperación ayude a otro.
Luis
Marchioni
El comentario del editor
Dejar
la droga para poder ayudar
(Por César Dossi) La carta de este domingo nos
arrastra hacia una historia cercana que tuvo un desenlace fatal: el caso de
Natacha Jaitt en el salón Xanadú, cuando en la madrugada del sábado 23 de
febrero, en Benavídez, la modelo y actriz fue hallada sin vida. El alcohol y la
cocaína suelen ser cómplices de un cóctel mortal, y cuando el sol se esconde
los “reyes de la noche” abundan y son clientes vip de varios establecimientos.
Por esos
caminos transitó Luis, y “si no hubiera parado de consumir, hubiera terminado
en una cárcel o en una morgue”, revela. Hace más de 20 años que al lector lo
codea la droga, pero su iniciativa personal lo salvó, pidió ayuda, nos sólo a
profesionales de la salud, sino también a sus familiares más cercanos. Escapó
de ese mundo en donde el dinero, un poco de poder e impunidad le hicieron
“perder aquellos valores familiares”, confiesa Luis.
Es que la
cocaína fue para él como una marea, lo llevó de la mano a conocer todos sus
fracasos. Volver del infierno no le fue fácil, tuvo que encontrase a sí mismo
en un mano a mano contra la adicción, hasta que pudo dominar ese impulso. Para
ayudar a otras personas, desde su fundación sin fines de lucro, el lector le
extiende una mano a aquellos que la necesiten. Y deja un mensaje: “Intenten de
todas formas dejar la droga, háganlo por alguien querido, con el tiempo, uno lo
hace por uno mismo, ya que es la única manera de sostener el estar limpio”.
Fuente
Clarin