Gustavo Grobocopatel acompañó a Macri en su gira por países asiáticos

“En 2030, la Argentina le podría vender a India 10 mil millones de dólares por año de legumbres”. El Rey de la Soja, que viajó con Macri, dice que por su crecimiento sostenido el gigante asiático necesitará comprar 14 toneladas más de legumbres en una década.

Gustavo Grobocopatel es conocido como el Rey de la Soja. Pero ahora quiere abrir un nuevo mercado que podría poner en duda ese mote. El empresario agropecuario se sumó a la gira que encabezó Mauricio Macri, obsesionado con un tema: vender legumbres a India y otros países de Asia.
El presidente de Los Grobo hace un pronóstico que impacta: “Las legumbres pueden ser la nueva soja para Argentina. Estamos ante una oportunidad histórica. Por eso la importancia de venir a este viaje con el Presidente”, advierte.
El cálculo que hace justifica semejante frase. “Para 2030, por cómo está creciendo, sólo India va a necesitar importar 10.000 millones de dólares de legumbres por los cambios en la alimentación que se están dando. Lo que tenemos que decidir es qué porcentaje de eso vamos a producir: si queremos hacernos cargo del 100 por ciento, de la mitad o quedarnos afuera”, expuso ante Clarín.
"Pero India no es el único: Vietnam, Pakistán, Bangladesh y el propio China van a necesitar comprarnos legumbres. Por eso, tenemos que pensar en legumbres como una commodities. Y de ahí que es tan relevante este viaje”, agrega.
¿Por qué Argentina corre con ventaja sobre otros países? Lo explica Grobocopatel: “Sabemos hacer legumbres, y además en la Argentina se pueden hacer como doble cultivo con alta productividad”.
Sin embargo, reconoce que el país necesita innovación tecnológica para producir las legumbres, mejoras en la productividad, semillas y cambios en logística.
Para resolverlos, propone al Gobierno avanzar en la creación de un Instituto de las legumbres que ayude a canalizar todas esas dificultades. En rigor, ya lo planteó, pero con la aclaración de que no sería con fondos estatales, sino con financiación privada. Pero la idea quedó en stand by. “Este es un negocio que necesita de muchos actores, pymes, cooperativas; y fundamentalmente con un beneficio concreto para todos los argentinos”.
Entre los puntos que para Grobocopatel son fundamentales cambiar a nivel internacional, se encuentran los acuerdos comerciales que la Argentina pueda alcanzar con India y el resto de los países que necesiten comprar legumbres para que haya reglas de juego claras.
"Tenemos que tener una buena negociación internacional. En principio ver el tema de retenciones que tienen actualmente las legumbres en la Argentina. Y, por otro lado, hay países que son impredecibles en cuanto a las tarifas. Si tienen muchas legumbres porque llueve bien, las suben. Si hay escasez, las bajan. Por eso hay que abrir el camino y tener una buena relación, comprometiéndonos a bajar también en Argentina los impuestos, como los derechos de exportación", sostiene.
"Todavía ni desde el Gobierno ni del sector privado tomamos conciencia de la oportunidad que tenemos adelante", alerta. No es una situación nueva para Grobocopatel, que recuerda que "cuando empezó lo de la soja en la Argentina había gente que la menospreciaba, había productores que a la soja la tenían de costado, la veían como una complicación".
Grobocopatel le planteó el tema al secretario de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, quien coincide en el diagnóstico pero avisora, según confiaron desde su entorno, una serie de dificultades para poner en marcha el plan.
"Hay un camino que se puede recorrer, pero nosotros no podemos hacer cambios de forma unilateral, dependemos de nuestros socios del Mercosur. Salvo que se consigan excepciones unilaterales de India,", afirman. No obstante, Grobocopatel también hizo llegar su plan a la Cancillería. El ministro Jorge Faurie y el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Horacio Reyser, ven con buenos ojos la propuesta.
 “Necesitamos ayuda del Estado porque en las embajadas en esos países necesitamos gente que tenga un garbanzo en la cabeza”, grafica Grobocopatel.

Fuente: Clarín