Mensaje del obispo durante la peregrinación diocesana a Lujan
Un millar de peregrinos llegaron a la basílica de
Luján el domingo, para honrar a Nuestra Señora de Luján, como se hace
anualmente. Procedentes de los diecisiete distritos que conforman la diócesis
de 9 de julio, los fieles llegaron a las 9 en punto para compartir la celebración
eucarística que estuvo presidida por el obispo diocesano Ariel Torrado Mosconi.
Allí además se realizó el Rito de admisión a las sagradas órdenes de los
seminaristas Nicolás Luis Alonso (Bragado), Matías Micucci (Gral. Villegas) e
Ignacio Medina (Trenque Lauquen). Con
este rito los candidatos a sacerdotes expresaron públicamente su propósito de
continuar formándose para servir a Cristo y a la Iglesia.
Monseñor Ariel recordó la motivación principal de esta cita anual junto
a María que consiste en manifestar la devoción filial y confianza maternal
poniendo en sus manos “nuestros anhelos y sueños, nuestros sufrimientos y penas
y pidiendo que interceda por nuestras
familias, amigos, enfermos y necesitados, la patria y la Iglesia”.
Durante su homilía resaltó que toda peregrinación es imagen de nuestra
propia existencia y que debemos pasar por esta vida, precisamente, como
peregrinos unidos y esperanzados. Además
hizo hincapié en difundir y explicar el objetivo pastoral diocesano “Caminar en
comunión para anunciar al mundo la alegría del Evangelio”. En ese sentido,
exhortó a los presente a permanecer muy unidos en comunión en estos tiempos
complejos y difíciles tanto para el mundo, nuestra argentina y la Iglesia
misma. “Así como María se quedó al pie de la
cruz, así también nosotros tenemos que mantenernos junto a la Iglesia humillada
y crucificada” sostuvo.
Por otra parte Torrado Mosconi aconsejó a los seminaristas que “miren
siempre al Cardenal Pironio y que lo tengan como modelo y como ejemplo” y llamó a los sacerdotes concelebrantes a que
se conviertan “en verdaderos maestros de la oración, en la guía espiritual y en
el acercamiento de los fieles al Señor”.
Finalmente, exhortó a todos los fieles congregados afirmando: “hacen
falta que hayan cada vez más hombres y
mujeres que estén dispuestos a dejarlo todo
para seguir a Cristo”.
Por la tarde, luego del almuerzo, los peregrinos se reunieron
nuevamente en la basílica para un momento de oración en adoración ante el
Santísimo Sacramento y el rezo de santo Rosario ante la imagen de la Virgen de
Luján.
