Se trata de la revista “Rugby Style Digital”, en cuya edición Nº 53del mes de agosto publica una extensa nota sobre las actividades y objetivos de la Escuela de Rubgy del Club Huracán de nuestra ciudad, bajo un título que lo sintetiza todo “Un minuto más en el Club es un minuto menos en la calle”. La nota tiene la palabra de quienes trabajan con los chicos, narra un poco la historia del club, entre otras cosas. Queremos compartir lo publicado por este medio.
“Un
minuto más en el Club es un minuto menos en la calle”
“En Rugby
Style Digital tuvimos el honor de hablar con Cristian Cura Ramallo, Roberto
Hueva Jaminson, “Juani” Siletta, Marcelo Páez e Iván Sosa, entrenadores y
organizadores del rugby infantil en Sportivo Huracán, un club de la ciudad de
Carlos Casares que se destaca por su lado inclusivo, donde las puertas del
rugby siempre van a estar abiertas para todos.
¿Cómo es la historia del club?
Sportivo
Huracán nació hace menos de 100 años, cuando un grupo de jóvenes en desacuerdo con
su club, Atlético Carlos Casares, se reunieron en el vagón del Ferrocarril
Oeste y le dieron origen a este nuevo club, pionero en la integración de la
comunidad.
A partir del
año 2000, se dejó de practicar el fútbol y comenzaron a inclinarse por los deportes
amateurs, como el rugby y el hockey, siendo fundadores de la Unión de Rugby del
Oeste y de la Liga de Hockey del Oeste Bonaerense. El club goza de muy buena
salud, con socios, actividades y la cabeza puesta en los pibes sobre todo.
¿Cuáles son sus objetivos como club que
busca integrar a la comunidad?
Como grupo
de padres y como club estamos buscando transmitir valores de respeto, humildad,
sacrificio, esfuerzo, trabajo, que no solo son del rugby sino del día a día.
Hoy por hoy, vemos en nuestro grupo y en nuestras familias que, si bien vivimos
en una ciudad chica del interior, el minuto a minuto se vive cada vez más de
una forma más acelerada, y para llevar a cabo una obra de construcción así con
los chicos, de moldear caracteres y de tratar de transmitirles valores, la
manera más fácil de hacerlo es mediante un deporte como es el rugby y dentro de
una comunidad como el club en el que estamos.
Los chicos
perciben toda la aceleración y el ritmo, la locura que tenemos hoy en día. Todo
esto se refleja en la inquietud de ellos y en la ansiedad de tratar de aprender
algo y que les salga perfecto, de una forma inmediata. Nuestro objetivo es
inculcarles que no todo se aprende en un minuto, que todo cuesta, que toda la
vida van a tener dificultades enfrente y se tienen que respaldar en esos
valores que nosotros les tratamos de inculcar, que son el respeto, el esfuerzo y
la humildad. Son las tres palabras que usamos en cada entrenamiento. Asimismo,
tenemos un eslogan dentro del club como para captar chicos y causar un impacto
ante la sociedad del pueblo (Carlos Casares), donde vemos que la juventud hoy
no tiene muchas expectativas, o muchas ofertas: “Un minuto más en el club, un
minuto menos en la calle”.
¿Es difícil la tarea de convocar a los
chicos para que se acerquen al rugby? ¿Cuentan con el apoyo de las familias?
No es una
tarea sencilla. En el interior hay una lógica en los padres de mandar a sus
hijos a deportes como fútbol, básquet y vivimos en una ciudad muy futbolera, entonces
es muy difícil. Pero bueno, la gente que se acerca y conoce lo que es el
deporte, se va dando cuenta, de a poquito, los valores que transmite, la unión
de grupo que hay. También ven que ningún chico es marginado, como puede pasar
en otras actividades por estatura, por habilidades y condiciones físicas, pero
en el rugby, cuando sus hijos van a entrenar, ven al alto y al petiso, al gordo
y al flaco, al ligero y al que es más lerdo
y que se busca una unión y una equidad. Son todos iguales y todos tienen las
mismas oportunidades. Los primeros que se dan cuenta de esto son los padres,
cuando ven que sus hijos están contentos y van con ganas a un entrenamiento, lo
ven y lo valoran.
Por otro
lado, es un poquito más difícil porque están los mitos de que el deporte es
duro, áspero. Vivimos en una sociedad en la cual el 80% de los chicos de
nuestro club son de clase media baja y muchas veces se dificulta por un estigma
de que “el rugby es para gente pudiente” y bueno. Pero terminan dándose cuenta
que no es así y que juegan todos, entonces es el principal tabú, cuando en realidad
es uno de los deportes más inclusivos que existe.
¿Por qué creen que el rugby es un deporte
tan inclusivo?
Es inclusivo
por selección natural, porque juegan chicos de todos los colores, de todas las
condiciones físicas, todas las habilidades o destrezas contra otros chicos que
no las tienen. Es un deporte en el que los padres ven que sus hijos pueden
participar y desarrollarse sin limitaciones de altura, peso o cualquier otro problema
o enfermedad o algo que lo distinga del resto.
Al hijo, sea
como sea, se lo incluye, se lo respeta y pasa a ser parte de un equipo, de un
grupo, de una organización, cosa que no les pasa, capaz, en otros deportes que
son más individualistas y no tan colectivos.
Por otro
lado, desde lo formativo tratamos de no perseguirlos, pero sí de apuntalarlos.
Nos ha pasado de ponernos a hablar con los chicos y llegar a problemáticas que
tienen puertas adentro y hemos colaborado en abrirle los ojos a la familia.
¿Qué necesidades tienen para que su trabajo
siga creciendo?
Las
necesidades que tenemos como club y como grupo de infantiles son grandes. Desde
material de trabajo, hasta formación nuestra personal, porque todos somos ex
jugadores y creo que ninguno de los cuatro que estamos en el cargo de
entrenadores, somos entrenadores. Por horarios y exigencias laborales no
tenemos tiempo como para hacer los cursos que dictan la Unión y la UAR.
Hacemos todo
a pulmón y desde el corazón, desde el sentimiento y desde el sumar y potenciar
nuestro trabajo, pero seguramente en muchas cosas estemos errando al no tener
la formación requerida y no capacitarnos, pero bueno, se nos hace muy difícil
asistir a los cursos también por un tema económico.
También
tenemos todas las necesidades de material que no le podemos exigir al club, que
actualmente está enfocado en construir una cancha de hockey para las chicas,
que no tienen y juegan de local en otros clubes”.