La norma eliminó la necesidad de que los familiares den su consentimiento. Quedan exceptuadas aquellas personas que hayan expresado su negativa a ser donantes.
La Cámara de
Diputados sancionó por unanimidad el proyecto de “ley Justina”, que marca un
antes y un después en la donación de órganos en la Argentina. A partir de esta
ley -
sólo falta que el Ejecutivo la reglamente- todas las personas son donantes
de órganos, salvo que hubieran expresado su voluntad contraria.
La ley fue
sancionada por 202 votos a favor, sin abstenciones. Fue el final de una sesión
emotiva, que terminó con todos los diputados aplaudiendo de pie.
El proyecto,
del senador Juan Carlos Marino, había sido aprobado en el Senado por unanimidad
el 30 de mayo. En Diputados no necesitó discusión. Con pleno consenso se votó
la ley que adoptó el nombre de Justina Lo Cane, la nena de 12 años que falleció
el año pasado, el 22 de noviembre, por no recibir un trasplante de corazón a
tiempo. Como pasó en el Senado, los padres de Justina, Ezequiel y Paola,
también sus hermanos y abuelos, siguieron todas las alternativas, presentes en
el recinto -junto al senador Marino-, con profunda emoción.
La nueva ley
regula las actividades vinculadas a la obtención y utilización de órganos,
tejidos y células de origen humano en la Argentina. Prevé que los
establecimientos de salud habilitados para hacer trasplantes cuenten con
servicios destinados a la donación, que permitirán detectar, evaluar y tratar
al donante.
Hay unas
10.500 personas en la Argentina que esperan por un trasplante, se destacó
durante el debate. Y sólo donan hasta ahora, 13 personas por cada millón de
habitantes.
La ley, que
modifica la normativa anterior, establece la donación cruzada en el caso de
trasplante de riñón (con donante vivo). También explicita que podrá realizarse
la ablación de órganos y/o tejidos, a toda persona capaz mayor de 18 años, que
no haya dejado constancia expresa de oposición a que después de su muerte se
realice la extracción de los mismos.
Los
discursos fueron emotivos en el recinto y afloraron incluso situaciones
personales dramáticas como la del diputado peronista salteño, Pablo Kosiner. “A
veces en política no es recomendable autorreferenciarse. Pero en este caso es
para esclarecer. Los que hemos perdido un hijo solemos hablar en presente, esta
ley podría denominarse también ley Juan Pablo, perdí a Juan Pablo en 2011
esperando en el Hospital Italiano un trasplante. Nunca imaginé que las
circunstancias de la vida me iban a llevar a esta situación. El desafío de esta
ley es la presunción de donación. Podría estar ahí -señaló Kosiner al palco- y
compartir asiento con Graciela, mi mujer, junto a Paola y Ezequiel”, les habló
a los padres de Justina. Juan Pablo Kosiner tenía 16 años cuando falleció.
El diputado
Daniel Lipovetzky también contó que compartió internación de su hijo junto a
Justina, y en esa angustia conoció a sus padres. “Hoy estamos cumpliendo el
mandato popular de votar leyes para que mejoren la calidad de vida de los
argentinos”, sostuvo Lipovetzky, que mencionó una decena de proyectos en el
mismo sentido -entre ellos uno del propio Kosiner- que consideró englobados en
el que llegó del Senado. Enseguida, la titular de la comisión de Salud, Carmen
Polledo, destacó que “esta ley nos lleva a un cambio de paradigma” en la
donación en el país.
La radical
Gabriela Burgos se dirigió emocionada al palco donde estaban los padres de
Justina: “Los felicito, gracias por su esfuerzo y su trabajo”, les habló
emocionada. En su discurso dijo que 7.738 personas necesitan un trasplante con
urgencia según el Incucai para “salvar su vida en este momento”; y “sólo el
6,41% es donante, lo que la ley trata de revertir”. Casi 6 mil esperan
trasplante de riñón, la demanda más frecuente. El número global de 10.500 se
llega con quienes esperan trasplante de córnea.
María
Fernanda Raverta, del Frente para la Victoria, argumentó el apoyo de esa
bancada. Recordó que en 1993 se sancionó la primera ley y que en 2005 se
incluyó la figura del donante presunto, entre otros avances. “Con Justina no
logramos encontrar el corazón a tiempo. Esta ley va a encontrar respuesta a una
parte, encontrar donantes, pero no es suficiente. Debemos tener políticas
públicas, que el Estado se comprometa con presupuesto”.
Fuente:
Clarín