Científicos de distintos países descubrieron que Epecuén es un gran concentrador de arqueas extremófilas; un tesoro microscópico que se oculta en el agua del Lago.
Investigadores
del Massachusetts Institute of Technology de Harvard y las universidades de
Barcelona, Buenos Aires y Austral las estudiarán durante dos años. Son
organismos que podrían servir para producir medicamentos.
Las
propiedades terapéuticas del lago Epecuén son conocidas por todos: aguas
supersalinas que ayudan a combatir desde afecciones reumáticas o de piel hasta
el agotamiento psicofísico, entre muchas otras. Lo que pocos -o casi nadie-
conocía hasta ahora es que el espejo de agua esconde un tesoro que podría ser
clave para la producción de un nuevo tipo de medicamentos antibióticos: las
arqueas.
Conocidas
también como archaeas, son organismos unicelulares similares a las bacterias,
pero con características tan únicas que la ciencia los considera una forma de
vida más.
Lo atractivo
de las arqueas es que varias de ellas son extremófilas; es decir, pueden
desarrollarse y proliferar en ambientes de altas temperaturas o en los extremos
de acidez y alcalinidad. Por eso se cree que tienen un gran futuro en campos
como el de la biología molecular, la industria alimenticia, el tratamiento de
aguas residuales, la producción de biogás, la minería y la producción de
antibióticos distintos a los de origen bacterial.
Científicos
de distintos países descubrieron que Epecuén es un gran concentrador de arqueas
extremófilas. Por eso un grupo de investigadores del MIT (Massachusetts
Institute of Technology, de Harvard) y de las universidades de Barcelona,
Buenos Aires y Austral llegaron a un acuerdo para estudiar a la especie en el
lago por dos años.
El objetivo
es investigar el comportamiento de estos organismos y la relación que
establecen con otros de su entorno, que es particularmente salino. En
principio, el estudio -solventado por fondos privados- estará destinado a
analizar la posibilidad de producir una nueva clase de antibióticos.
“Se trata de un microorganismo vivo que en
Epecuén se da en buen tamaño y cantidad -contó a La Nueva. el intendente de
Adolfo Alsina, David Hirtz-. Parece que su utilización pueden dar una suerte de
vuelta de tuerca al desarrollo de medicamentos y la industria de laboratorios
médicos”.
Dos años tomando muestras
El proyecto
de investigación tendrá al menos dos años de duración: se tomarán muestras cada
tres o cuatro meses -de hecho, hace unos 15 días se hicieron las primeras-, se
harán análisis y se tratará de determinar posibles usos.
El estudio
fue aprobado por el gobierno bonaerense. En definitiva, aunque se trata de un
emprendimiento privado, las patentes que deriven de la investigación
pertenecerán al dueño del espejo de agua, que en este caso es la Provincia de
Buenos Aires y, por extensión, el distrito de Adolfo Alsina.
“En el mundo hay unas 6 mil patentes
medicinales basadas en elementos naturales. Paradójicamente, en su gran mayoría
por elementos que se encuentran en el hemisferio sur y desarrolladas y
patentadas en el norte.
Estos
investigadores quieren romper con esto; no quieren venir y robar el recurso”,
aseguró Hirtz.
El estudio
recién empieza, pero la comunidad de Carhué ya sueña con sus resultados.
“Hay quienes ya piden que el nombre (del
medicamento que se desarrolle) sea propio de Epecuén”, finalizó Hirtz.
La
investigación no es peligrosa para la laguna
Sin
problemas. El intendente David Hirtz también descartó que estos
estudios, o bien una posible extracción a gran escala de arqueas a futuro,
pueda representar un desgaste o un peligro para las propiedades curativas del
lago Epecuén.
Prevención.
“La noticia de este estudio hay que tomarla con prevención y cuidado: ni con
enormes expectativas por lo que pueda significar ni por temor de lo que pueda
pasar con el agua. Nos aclararon que sería algo inocuo desde el punto de vista
de toma de material”, dijo.