La estación
del ferrocarril de Santa Rosa aparecerá cerrada desde el 1 de diciembre. Los
tres trabajadores que permanecían -junto a otros 17 en la provincia- fueron
despedidos, y no serán indemnizados.
Desconcierto
e indignación causó la información de que a partir del 1 de diciembre los 21
trabajadores de Ferrocarriles que quedaban en La Pampa ya no tendrán trabajo.
Ferro Baires decidió despedirlos, aparentemente sin abonar
indemnización alguna
dada su condición de contratados.
La mayoría
se desempeñaba desde 1994, y aunque quedaban muy pocos -17 en General Pico, 3
en Santa Rosa y 1 en Toay-, eran los que realizaban mínimas tareas en las
estaciones.
En el caso
de la capital provincial, uno de los operarios -el jefe de la estación- estaba
a un año de la jubilación, con lo que esta medida lo deja inerme y en una
situación que a los que tomaron la decisión no les importó en absoluto.
Pampeanos, afuera
Ayer por la
mañana las autoridades de la empresa le comunicaron a un delegado que el tema
estaba resuelto, que Ferrobaires cerraba, y que los empleados de otros puntos
del país pasaban al ámbito nacional. Los pampeanos, directamente, quedaban
definitivamente desvinculados, y por su condición de precarizados -renovaban
cada año su contrato con la empresa- sin indemnización alguna.
Una medida
que se toma a contramano de promesas realizadas el año pasado -en agosto de
2016 LA ARENA había informado de las primeras bajas-, cuando se dijo que no
habría despidos que finalmente se produjeron. En esa oportunidad fueron unos
pocos los que recibieron el telegrama -se rescindieron dos contratos
prescindiendo de los trabajadores-, en tanto quedaban en una angustiosa espera
otros 21, que ahora recibieron el mazazo definitivo.
Maquieyra descolocado
Lejos
quedaron aquellas expresiones del gremio ferroviario, y del diputado nacional
pampeano Martín Maquieyra, que habían dicho que los despidos no iban a suceder.
Se produjeron aquellos que fueron el preludio de la decisión final que se tomó
por estas horas.
El diputado
nacional que recientemente volvió a ser electo para continuar en el Congreso
Nacional, es más, se había mostrado hasta confiado en que el tren volvería a
correr por vías de nuestra provincia. Que sólo se esperaba el arreglo de dos
puentes que habían sufrido los efectos de las inundaciones, y que el
ferrocarril iba a regresar.
Lo cierto es
que la readecuación que suponía que Ferrobaires deje de existir, para pasar a
ser parte de Trenes Argentinos Operadora Ferroviaria (Sofse), propiedad del
Estado nacional, ha determinado que algunos empleados puedan pasar a ser
considerados prescindibles. Ferrobaires dependía hasta ahora de la gobernación
de la provincia de Buenos Aires, y ya se había dicho que los empleados
pampeanos no estaban considerados para integrarse a Sofse.
Nunca más el tren
La fría
determinación deja en la calle a dos decenas de trabajadores; y en el caso de
Santa Rosa, al menos, obligará al cierre de la estación de trenes, que era
atendida mínimamente por los tres que ahora resultaron despedidos. Porque no
queda nadie.
¿Y el tren?
Así la posibilidad de que el tren vuelva a correr en nuestra provincia aparece
como una utopía. Con las vías en franco deterioro, sin empleados, con un
material ferroviario en estado lamentable, quedará sólo el recuerdo de la ilusión
que hace unos tres años produjo la llegada de una formación -a modo de prueba
piloto-, que fue recibida alborozadamente y en forma festiva por la población.
Diario
La Arena