La crisis hídrica tiene afectado un 24% del territorio de la Cuenca del Salado, una región bonaerense que atraviesa localidades como Lincoln, Carlos Casares, General Lamadrid, Bolívar, General Alvear, Castelli, Chascomus, 9 de Julio, Las Flores, Saladillo, Roque Pérez, 25 de mayo, Além, Arenales, Navarro, Lobos, General Belgrano, Junín, Castelli, Chivilcoy y Chacabuco.
Se trata de
una región que concentra alrededor del 25 % de la producción de granos del
país, el 30 % de la ganadería y constituye un núcleo tambero de importancia;
por lo tanto, son los productores rurales los más preocupados y ciertos
pronósticos que indican que noviembre y diciembre serían meses de altas
precipitaciones.
El Director
de la Estación Experimental INTA “Cuenca del Salado”, Ing. Agr. Ernesto Juan
Maletti, dio una entrevista al portal tandilense ABCHoy en la cual brindó un
panorama del comportamiento de las aguas y aconsejó que se asocien productores
para intervenir con pequeñas acciones de modo de mejorar su relación con los
cauces.
De acuerdo a
las evaluaciones que realiza el organismo, el panorama es complejo. “Nos
encontramos con nada de capacidad de retención hídrica por lo que el agua se
expresa en superficie. Para el 20 de agosto, aproximadamente el 24% del ámbito
territorial de la Experimental de Cuenca del Salado se encontraba inundado y/o
anegado”, explicó el referente y mencionó como agravante el hecho de que
estamos en un período de poco crecimiento vegetativo, que favorece que el agua
esté más tiempo en superficie.
Así el agua
transita desde lugares más altos a más bajos de la región y por esto mismo es
de esperar que en los próximos días Pila esté mucho más inundado de lo que
actualmente puede verse. “Es importante saber que el agua se va muy rápido de
la Cuenca del Salado. Como se puede ver en las imágenes satelitales, en poco
tiempo el agua transita”, dijo Maletti y aclaró que “este procedimiento es la
dinámica natural agrohidrológica de la Cuenca del Salado”.
En cuanto a
los pronósticos de lluvias copiosas para los próximos meses, sostuvo que “las
predicciones a tan largo plazo son nulas”. “En Cuenca del Salado tenemos unos
25.000 productores que están repartidos por 24 partidos. No podemos asegurar a
un productor determinado que tiene que sembrar o hacer una actividad en tal
momento o en tal otro porque le va a llover en tal fecha. No tenemos esa
potestad. Sí se puede asegurar con un 90% de certidumbre con tres días de
anticipación, pero no podemos decir ahora cuándo y cuánto”, añadió.
Por tanto,
quiso transmitir “un poco de tranquilidad a los productores de que es una
cuestión natural y que hay que tratar de ver cómo se puede transitar este
período de emergencia y, una vez que suceda esto, no desactivar este estado de
alerta en el que tiene que ver el productor con el productor, con el Municipio,
el INTA y la Provincia.”
En esta
línea, el Director de INTA recomendó a los productores algunas acciones para
que puedan prevenir desastres en el futuro. “Un grupo de productores asociados,
informados y que empiecen a charlar este tema no en el momento en que llueve
sino cuando el agua falta es importante. Hay que empezar a generar microcuencas
donde los productores que están cerca de los arroyos puedan empezar a reunirse
y trabajar una idea en común”, opinó el bonaerense.
En este
sentido citó experiencias existentes, donde se actuó en equipo, más allá de los
límites catastrales. “Planteamos organizarse para conducir el agua en los
lugares donde sí o sí tiene que estar en forma permanente porque son bajos. Hay
una serie de técnicas que se pueden consultar. Hay que planificarse para que
cuando falte el agua, tengamos agua guardada. Cuando esté en exceso tengamos
reserva forrajera guardada, una lomita para poder poner los animales, que
puedan parir en donde tengamos mejores condiciones, y que no todas las lomitas
sean solamente para la agricultura”, graficó.
Fuente:
InfoGEI