“Que crezca la comunión diocesana que haga fecunda la evangelización y la paz social de los argentinos”
Los fieles
llegaron de todos los puntos de la diócesis para honrar a la virgen y escuchar
el mensaje del obispo.
Cientos de
personas llegaron hoy a Luján para
honrar a la virgen desde distintas localidades de la extensa diócesis de Nueve
de Julio. Llegaron en colectivos, combis y
vehículos personales para estar a
las 9 en punto en la Basílica donde Monseñor Ariel Torrado Mosconi presidió la
misa. Allí exhortó a los fieles a implorar para que “crezca la comunión
diocesana que haga fecunda la evangelización y robustezca la paz social de
todos los argentinos”.
Durante su
homilía, el obispo señaló tres ejes fundamentales para orientar la marcha de la
Iglesia diocesana en este año del 60 aniversario y el camino espiritual
personal: enamoramiento, conversión y seguimiento. “Ante todo como Iglesia
diocesana debemos dejarnos abrazar por el amor de Dios- acentuó-. La Iglesia no
crecerá por meros planes o proyectos pastorales sino por la experiencia del
amor que nos quema por dentro hasta los huesos, y que hace que no podemos
callar nuestra experiencia de amor”.
Por otra
parte aseveró que para ello es indispensable la transformación interior. “La enseñanza de la Iglesia, a través del
documento de Aparecida y del Papa Francisco, insiste en el llamado tanto a una
conversión interior personal como pastoral de todas nuestras comunidades… para
que nuestras parroquias se abran a una
verdadera conversión pastoral, que estén abiertas a todos y en salida hacia los
que están lejos. Que no sean meros lugares de servicios funcionales y atendidas
por funcionarios más o menos eficientes, sino comunidades vivas que se han
dejado tocar el corazón y han producido una verdadera conversión que las lleva
a testimoniar con alegría el amor de Dios”.
En tercer
lugar recordó “que la vida de fe, el camino espiritual, la existencia cristiana
no es sino la senda del seguimiento del Señor Jesús hasta la entrega de la vida
por amor”.
Por último
invitó a los presentes a animarse “a entrar en esta lógica del amor porque
ganamos todos. Así los cristianos
creceremos en la comunión eclesial y tejeremos los vínculos que ayudan a
fortalecer la unidad de la patria, superando enfrentamientos y sanando las
llagas de odiosas divisiones”.
Luego de la
misa, que fue concelebrada por numerosos sacerdotes de la diócesis y acompañada
por los seminaristas, se compartió un almuerzo fraterno. Allí se pudo pasar un
agradable momento compartiendo la comida y el diálogo ameno entre los miembros
de las parroquias provenientes de las distintas ciudades de la diócesis.
Algunos habían llegado luego de un largo viaje que les llevó la noche entera,
como es el caso de los fieles provenientes de las ciudades más distantes como
Salliquelló o Villegas. Por la tarde se regresó a la Basílica para un momento
de oración en la exposición del Santísimo Sacramento y el rezo del Rosario.