Las
fotografías fueron tomadas días pasados en la parte posterior del cementerio de
la vecina ciudad, uno de los espacios municipales que mayores críticas reciben
desde hace un tiempo a esta parte.
Que haya
ataúdes fuera de las tumbas tiene cierta lógica sabiendo de las tareas que se
realizan con éstos, entre otros detalles que no vienen al caso mencionarlos.
Pero sin
dudas lo que sorprende es el aparente poco cuidado con la manipulación de
éstos; inclusive de otros elementos que al parecer se aprecian en las imágenes,
dejándolos en las condiciones que se los observa y al alcance de cualquier
vecino.
Emitir un
juicio podría ser prematuro, al menos hasta que exista una explicación al
respecto.
También
porque quizá quien tomó las instantáneas lo hizo en un lugar al que no le
correspondía acceder, pero evidentemente no le fue tan difícil hacerlo.
Tratándose
de un lugar donde se alojan los
restos de los seres queridos, por lo que se
convierte en un lugar sagrado, los cuidados deben ser extremos; del mismo modo
que al ser un espacio de concurrencia permanente se debe tener en cuenta la
salubridad (de propios y ajenos).
Es, como
citamos en el título de la nota, una imagen, varias preguntas, que esperan
respuestas.
Fuente:
Distrito Interior