(Por
José Catalejos) Hace muy pocos días envueltos en la confusión general
en la que cayó el Kirchnerismo local luego de las elecciones; casi se van a las
manos dos concejales de ese espacio, hecho grave en cualquier institución pero
mucho más en aquellas que están para poder aceptar las distintas ideas,
pensamientos y traducirlas en denominadores comunes que nos permitan elevarnos
como sociedad.
La
Presidenta del cuerpo dijo sobre el hecho palabras más palabras menos
-"son grandes que se arreglen". Digna discípula de Poncio Pilatos en
esta ocasión aunque en otras no le tembló la mano para pedir casi hasta la
exoneración de un concejal opositor porque no coincidía con su reflexión.
Anoche (lunes)
habló el máximo referente y líder vernáculo de la denominada década ganada y
lejos de aportar templanza, calma, moderación salió al mejor estilo Bruce Lee a
tirar trompadas y patadas para todos lados, sin dudas haciéndole un culto a su
venerada Cristina, ni ella mismísima se podría haber presentado tan virulenta.
Trato a
todos de traidores, él es único leal aunque omitió decir que solo tiene 8 años
de peronista en alguien que está cerca de las 6 décadas de vida y olvidó decir
también que golpeó las puertas de cuánto espacio político había que le
permitiera ser candidato.
Les hablo
así a vecinos que tienen una vida de peronismo, una filosofía de vida marcada
por esa impronta.
Condicionó
en el colmo de la visión sesgada a que ningún peronista se les ocurra hablar
con la oposición.
Solo hay que
subir al piso alto y hablar con él. Viva la democracia!!!
Sinceramente
me preocupa como Casarense estar en manos de esta dirigencia que no puede
entender que la sociedad se hartó de prepotencia, de altanería, de soberbia, de
no poder dialogar, de rendir pleitesía a ídolos de barro.
Hay que
unirse, hablar con nuestros vecinos y así como en la Nación y en la Provincia
la sociedad dijo basta a esta forma de hacer política, en Carlos Casares si se
persiste en profundizar lo peor del Kirchnerismo hay que prepararse para con
mucho coraje afrontar toda la virulencia que se va a venir y transformarla en
energía para que Casares recupere la armonía, en paz y quienes conduzcan admiren las visiones
compartidas.