El
Gobierno bonaerense llamó a licitación para la pavimentación del tramo
Salazar-Mones Cazón. Lo curioso: en junio rescindió un contrato por 170 millone
sporque el monto era excesivo y ahora le asigna un presupuesto de 206 millones.
El Boletín
Oficial de la provincia
de Buenos Aires trajo hoy una noticia que los vecinos
de Salazar esperaban desde hace tres meses: el nuevo llamado a licitación para
la pavimentación del tramo Salazar–Mones Cazón de la Ruta del Cereal.
Se trata de
22 km de camino que atraviesan las jurisdicciones de Daireax y Pehuajó y que
llevará seguridad y desarrollo a un área productiva de más de 600 mil hectáreas
donde se hace soja, girasol, maíz y trigo; se terminan unas 260.000 cabezas de
ganado por año y cuenta con una gran cantidad de tambos.
Según
especifica la Licitación Pública Nro 24/2015, las empresas interesadas tienen
tiempo de hacer sus ofertas hasta el 14 de septiembre y la apertura de sobres
se realizará el 17 de septiembre a las 12 hs en la Dirección Vialidad de la
Provincia, en La Plata. Con estos plazos, los entendidos afirman que la obra
podría empezar en 2016.
Hasta este
punto, todo se ajusta al compromiso asumido a principios e junio por la Administradora
General de Vialidad, Patricia Tombesi.
Sin embargo,
los vecinos de Salazar y los miembros de la Comisión Pro-Ruta del Cereal se
sorprendieron al ver el monto que se destinará a la obra: algo más de $ 206
millones. ¿Es mucho?
Incomprensible
La historia
reciente de la Ruta del Cereal marca que la misma fue licitada en 2008 por un
monto de $ 55 millones. Luego, en una nueva licitación, en 2011, se elevó el
presupuesto a $ 71 millones, el que fue actualizado en 2013 a $ 94 millones.
Más allá de
la evaluación técnica necesaria para determinar si los fondos dispuestos ahora
son los adecuados, desde Salazar cuentan que en junio de este año Tombesi les
comunicó que se había decidió rescindir el contrato con la anterior
adjudicataria (la UTE Fontana Nicastro SA – Vialagro SA) ya que ésta pretendía
$ 170 millones para reanudar las obras tras casi un año de parate. En ese
momento, en una reunión realizada en Garré, Tombesi alegó que el pedido era
excesivo y que la provincia no podía afrontar ese costo por lo que se iba a
convocar a una nueva licitación.
Por eso la
sorpresa actual: al ofrecer $ 206 millones, las autoridades bonaerenses se
muestran dispuestas a pagar $ 36 millones más por una obra que les parecía
excesivamente cara.
La bronca
que ya dejan trascender en comunicaciones privadas y redes sociales está
justificada: si se hubiera acordado reanudar las obras en junio, hoy las
máquinas ya estarían trabajando y el sueño de un camino pavimentado para llegar
a sus casas, o de no quedar aislados un día de lluvia, estaría cerca de
cumplirse.
La pregunta
surge fácilmente ¿Por qué, tres meses después, el Gobierno provincial está
dispuesto a pagar $ 36 millones más por la misma obra?
Las
repuestas son varias: “pasarle la pelota al próximo Gobierno”; “¿Será otra
tomada de pelo?” (como les viene pasando desde hace 25 años) o la vinculación
electoral. “Querían patearla para adelante porque necesitaban caja para la pintura naranja”, expresa un vecino
con resignación.
Pero dejando
de lado las interpretaciones y broncas, el archivo pdf con el Boletín Oficial
circula por todas las casillas de mail de Salazar; las capturas de pantalla de
las Solicitadas con los detalles de la Licitación 24/2015 pasan de celular a
celular y son leídas y releídas por cada uno de los vecinos.
Con la poca
capacidad de creer que les queda, tienen la esperanza de que este sea la último
llamado público para que la obra se concrete, que se haga realidad el sueño de
pavimento que alimentan desde hace 25 años y que circular entre el polvo y el
barro quede atrás como el recuerdo de una pesadilla: fea, cruel, pero ya parte
del pasado.
Por Marcos López Arriazu