Según la información extraoficial, aún se esperan los resultados de las últimas pericias que, en un principio, se preveía que estuvieran listos en dos días. Pasaron dos semanas.
Se cumple un
mes de la desaparición de Roberto Sorondo (59) y son muchos los villeguenses
que por estos días piensan que el caso, como otros ocurridos en General
Villegas, podría quedar en la nada.
Sorondo fue
visto por última vez el 28 de julio pasado. Fue Dante Codutti quien radicó la
denuncia, teniendo en cuenta que por varias horas se había ausentado de su
casa, donde permanecía mientras estaba en nuestra ciudad, ya que actualmente
tiene domicilio en Capital Federal.
Allí están
radicados también sus hijos, Matías y Magdalena, quienes durante los primeros
días de búsqueda de su padre estuvieron por varios días en General Villegas,
pero luego debieron retornar a Buenos Aires, donde tienen obligaciones.
Son quienes
también en un principio se movilizaron junto a amigos, además del trabajo que
hacía la policía; y los que permanentemente trataban de obtener información con
respecto a la marcha del caso, que nunca llegó a los medios de comunicación al
menos en forma oficial, de partes de las autoridades policiales.
Pero por
estos días ni siquiera los hijos de Sorondo están accediendo a datos concretos
al respecto. Al menos eso le dijo esta semana Matías a Actualidad, quien se
había comunicado además con el Fiscal Omar Flores, que interviene en la causa,
y le habría manifestado no tener novedades.
Con este
panorama, la angustia va creciendo en la familia del desaparecido y a quien ya
no se buscaría tan intensamente como en los primeros quince días de radicada la
denuncia, con personal policial que llegó a General Villegas desde diferentes
lugares de la provincia de Buenos Aires, sumando caballería y canes.
También los
Bomberos de nuestra ciudad y de otras del territorio bonaerense se habían
sumado a la tarea.
Distintos y
varios puntos, sobre todo en las afueras, a una importante distancia de la
planta urbana, fueron examinados por los uniformados, sin resultado alguno.
Sólo algo de ropa, papeles y calzado fueron encontrados quemados en
inmediaciones del hipódromo.
Si bien sus
hijos los habrían reconocido como pertenecientes a Sorondo, para la justicia
sólo los resultados de las pericias sirven como contundentes y es lo que se
espera hace dos semanas, cuando se preveía que estuvieran listos en apenas dos
días.
También se
aguarda en ese sentido el resultado de la mancha de sangre encontrada en el
baúl del vehículo en el que se movilizaba el desaparecido.
Lo único
extraoficial que se conoce es que sería de humano y que el factor sería el
mismo de Sorondo, pero hay que establecer que efectivamente corresponda a él.
Otro
análisis es el de la mancha de sangre encontrada en un hacha perteneciente a
Walter Bianchi, en cuya quinta la policía trabajó intensamente durante los
primeros días de investigación, teniendo en cuenta que fue quien lo habría
visto por última vez.
Ese
resultado tampoco está, pero las versiones indican que no sería de un humano.
Una vez más,
la sensación es que la velocidad de la justicia no coincide con la necesidad de
respuestas rápidas. Mucho menos cuando hay, aparentemente, un secreto de
sumario que no permite que ni siquiera la familia pueda conocer los pasos de la
investigación, según lo que manifiestan.
Lo único
concreto hasta el momento es que, un mes después, nada se sabe de Roberto Sorondo.
Sólo su auto (un VW Polo) apareció estacionado en una gomería sobre Ruta 188 y
fue entregado hace unos días a su entorno familiar.
Por lo
demás, aún hay muchos interrogantes sin responder. ¿Otro desaparecido en
democracia? Salvando las distancias, al conocerse el caso Sorondo son muchos
los que recordaron el de Jorge Julio López, también desaparecido en plena
democracia hace ya siete años en La Plata.
Su familia sigue reclamando justicia
El 18 de
setiembre se cumplen ocho años (desapareció en esa fecha de 2006). Ocurrió en
su domicilio en el barrio Los Hornos, cuando se dirigía a presenciar la
audiencia de alegatos en el juicio que se desarrollaba en los Tribunales
Federales de esa ciudad, donde se condenó al ex comisario Miguel Etchecolatz
por delitos de lesa humanidad.
La
investigación, que estuvo en manos de distintos jueces, no tiene hasta el
momento detenidos ni procesados.
Más cercano
aún, la desaparición en Pehuajó de Germán Casarini. El martes se cumplieron
tres años del caso que fue perdiendo notoriedad en los medios con el paso del
tiempo. Sus familiares y amigos realizaron una marcha pidiendo justicia.
El 26 de
agosto de 2011 desparecía el joven, siendo hallada su camioneta al día
siguiente en un sector de la ciudad, realizándose por orden de la Justicia
peritajes en la unidad.
También se
cumplieron distintas diligencias, se revisaron varias zonas en la búsqueda y se
contó con la presencia de canes especializados para tal fin, pero nada se supo
a la fecha.
Diario Actualidad - Villegas